En un proyecto de resolución del Ministerio de Salud que pretende actualizar el plan de beneficios en Salud, se incluye el condón masculino considerando su función para la prevención de Infecciones de transmisión sexual, el VIH/SIDA y la planificación familiar; y se excluye el condón femenino aun cuando este cumple las mismas funciones.
Esta medida podría ser discriminatoria con la mujer, dado que el pago de los servicios que no están en el plan de beneficios corre por cuenta del afiliado o en algunos casos a través de tutela.
El condón femenino lleva en el mercado más de dos décadas. Su primera aparición se dio en el 1992 en Inglaterra y Estados Unidos y posteriormente se difundió su uso por Europa y el resto del mundo. El uso de este tipo de preservativos no tiene efectos secundarios como ocurre con los métodos anticonceptivos hormonales y tiene una efectividad del 79 al 95%, sin embargo menos del 1% de las mujeres lo utiliza.
Una norma que establezca la exclusión del preservativo femenino podría ser discriminatoria para la mujer, desproporcionada en lo económico por lo que la usuaria debe cargar con los costos y violatoria del derecho a la igualdad.