Medellín.- La ESE Carisma superó el año pasado en un 108 por ciento la meta de prevención del primer consumo de drogas con programas de P y P (promoción de la salud y prevención de la enfermedad), según lo dio a conocer en la rendición de cuentas el gerente, Carlos Mario Rivera Escobar.
Añadió que se hicieron en todo el departamento 888 actividades relacionadas con programas de asesoría, asistencia técnica, acompañamiento a las administraciones locales en el Plan municipal de reducción del consumo de sustancias sicoactivas.
En 2018 hubo en promedio hay 1.500 consultas mensuales en la IPS. Se presentó una leve disminución de hospitalización día o parcial, pero se logró que los pacientes que están en esta modalidad permanecieran más tiempo, lo que se relaciona con la abstinencia de estas personas.
El año pasado la hospitalización total tuvo un crecimiento del 13 por ciento.
Además, del total de atendidos en Carisma, cerca del 80 por ciento son del Valle de Aburrá, el resto corresponde personas provenientes de las demás subregiones del departamento.
En el año 2017 en ese 80 por ciento la mayoría eran habitantes de Medellín, mientras que en 2018 mermó en 9 por ciento el número de casos de esta capital.
Itagüí, Bello, La Estrella y en menor proporción Sabaneta, fueron los municipios del Valle de Aburrá (aparte de Medellín), que presentaron más casos y que fueron atendidos en la E.S.E. en el período anterior.
Según Rivera Escobar el alto crecimiento en esos municipios obedeció a que la IPS está haciendo unas intervenciones en esas poblaciones donde se está detectando precozmente pacientes en alto riesgo de consumo de droga. “Eso puede explicar por qué las estadísticas se vienen modificando”.
Por otra parte, se supo que cada vez más mujeres consumen sustancias alucinógenos. En 2015, 15 por ciento de las atenciones en Carisma fue para este grupo poblacional, mientras que en 2018 llegó a casi 22 por ciento.
Reiteró el directivo que hoy en día el problema de las drogas se está viendo como una necesidad de desarrollar programas en el ámbito municipal y no a nivel nacional, ni departamental; es decir, la intervención debe ser desde la administración local con el apoyo de las autoridades en salud de la región y del Gobierno nacional.
Entre tanto, las drogas que más consumen las personas que acuden a Carisma son cannabinoides, cocaína y heroína, en menor proporción están las sustancias sintéticas.
“Carisma tiene el programa de control al consumo de heroína más grande del país. Nosotros con el apoyo de la Secretaría Seccional de Salud, tenemos cerca de 300 pacientes en control de consumo de heroína a través del suministro de una sustancia que les controla la adicción a la heroína como es el programa de metadona”, reiteró el Gerente.
Atacar varios frentes
El problema de adicción a las sustancias sicoactivas es clínico, pero también sicosocial, por eso debe ser intervenido multifactorial y multisectorialmente.
Para este médico especialista, es necesario intervenir dos aspectos como son la oferta (incluye cultivos, producción, comercialización, transporte, microtráfico, narcotráfico) y la demanda.
En el segundo entran a jugar un papel importante las EPS del régimen contributivo y del subsidiado, y la IPS con programas de salud pública en los ámbitos individual y colectivo relacionados con factores de riesgo al consumo de esas sustancias.
Cuando estos actores intervienen esos procesos desde la demanda, se capta mayor número de pacientes para ser intervenidos desde lo médico, lo sicosocial. Se adelantan con ellos programas de reinserción a la vida social, como lo ha desarrollado Carisma con el Sena, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y el Instituto Técnico Metropolitano (ITM).
De ese modo, se mantiene en control a ese paciente y a la vez, se busca que sea útil para la sociedad, pues en la mayoría de los casas personas no tienen un proyecto de vida, están en deserción escolar y son rechazadas por la comunidad.
“Lo que estamos tratando de hacer con universidades y con el Sena es abrir las compuertas para que se les den oportunidades de desarrollar proyectos de microempresas, proyectos de formación para el trabajo para que estos muchachos sean sometidos a procesos de selección y vínculos laborales”, aseveró Gerente de la IPS.
De otro lado, el médico Rivera dijo que a nivel mundial el éxito de que una persona que sale de la drogadicción y no vuelva a caer es cercano al 45 por ciento. En la E.S.E. paisa llega al 56 por ciento. “Por eso Carisma es un referente no solamente nacional, sino internacional en el modelo terapéutico que aplica”.
Cabe anotar que Antioquia es el único departamento de Colombia que tiene una E.S.E. dedicada exclusivamente en atender personas con problemas de adicción como Carisma.
Reiteró el directivo que hay disminución en el inicio del primer consumo, que puede ser en niños de 7, 9 o 10 años y hay cada vez más consumidores. En algunos hogares se ha detectado que los padres abusan de esas sustancias y esto lo aprenden sus hijos.
Con el fin de precisar datos y atacar más el problema, Carisma junto con las secretarías de Salud y Educación del Municipio de Medellín llevarán a cabo un estudio sobre el consumo de drogas en colegios públicos y privados de la ciudad.
La muestra será de 8,600 escolares de primaria y bachillerato, de 169 instituciones educativas seleccionadas. El proyecto es por seis meses, de los cuales en dos se hará la recolección de la información.
Las secretarías contrataron a Carisma por su amplia trayectoria en el tema. El valor del convenio es de 240 millones de pesos y contará con personal especializado en el tema de drogas.
Resultados económicos
La situación económica de la IPS no es tan dramática como le ocurre a otros prestadores de servicios de salud, pues redujo la cartera en 15 por ciento, en el año 2018.
La recuperación de cartera se situó por encima del 78 por ciento, mientras que el promedio de otras IPS es de 65 puntos porcentuales.
El índice de glosas está por debajo del 3 por ciento e incrementó la facturación en cerca de 1.500 millones de pesos el año pasado.
En 2016 la entidad tuvo pérdidas mayores a 1.000 millones de pesos, en 2017 hubo excedentes por 138 millones y en 2018 esos excedentes llegaron a 1.400 millones, puntualizó Rivera Escobar.