Cuando en Semana Santa algunos optan por quedarse para participar en las procesiones y demás actos religiosos, otros prefieren aprovechar los días libres para salir de paseo con la familia o amigos, pero en ambos casos es mejor protegerse del sol para evitar quemaduras y hasta insolaciones.
“Si nos vamos de viaje a playas o a zonas con climas muy cálidos, es fundamental evitar una exposición solar intensa porque precisamente, ese es el motivo de consulta más frecuente después de que las personas van de vacaciones, son las quemaduras solares”, afirma la médica dermatóloga, María Fernanda Corrales.
Este tipo de lesiones aparte de producir incomodidad, ardor y descamación posterior, puede acrecentar las posibilidades de un cáncer de piel, el cual es el más común que existe.
Un estudio del Instituto Nacional de Salud indica que aumentaron los casos de 23 a 41 por cada 100.000 habitantes entre los años 2003 y 2007. También dice que ese riesgo de cáncer de piel que es el no melanoma –el más frecuente- puede elevar hasta 102 casos por cada 100.000 habitantes hacia el año 2020.
Aparte del anterior, existe otro que es letal y es conocido como cáncer melanoma, el cual ha ido creciendo. Hay un reporte de la Sociedad Americana Contra el Cáncer que informa que va a incrementarse en el presente año con alrededor de 96.000 diagnósticos nuevos y de ahí se estima que fallecerán 7.000 personas por esa causa.
La dermatología hospitalaria de la Clínica CES aclaró que el sol es necesario en los seres humanos para todo en la vida, e incluso para la síntesis de la vitamina D. Sin embargo, no se recomienda exponerse a los rayos en horas en que están más fuertes.
Lo anterior significa que el mejor momento es antes de las 10:00 de la mañana y luego de las 3:00 de la tarde, por corto tiempo y sin intensión de broncearse. “No ponerse aceleradores, ni bronceadores porque eso obviamente va a aumentar el riesgo de cáncer y en nuestro país tenemos una alta radiación solar”, reiteró la médica especialista.
En los países tropicales el sol hace más daño por emitir los rayos de forma perpendicular frente a otros territorios donde caen de forma más inclinada y por eso no tienen tanta radiación.
Entre las personas que mayor protección deben tener están los niños, quienes por poseer una piel aún inmadura es más delicada al carecer de mecanismos de defensa que hay en la de los adultos, dijo Corrales.
Asimismo, son más susceptibles a las quemaduras las pieles muy blancas, quienes tienen los ojos azules, pelo rojo y rubio, y quienes siempre se queman, pero nunca se brocean.
Esta experta aconseja aplicarse bloqueado solar 30 minutos antes de salir al sol para que tenga tiempo de actuar, con un factor de protección mayor a 30 contra los rayos como los ultravioleta UVB y UVA.
También protegerse con una gorra, un sombrero de ala ancha o una sombrilla, gafas oscuras y vestirse con prendas que tengan mangas largas en los momentos en que vaya haber mayor exposición de la piel.
Al momento en que la persona ha sufrido la quemadura, debe tomar agua y no seguir exponiéndose al sol. Aplicarse cremas hidratantes con emolientes, algunas tienen caléndula o sábila, que ayudan a la reparación de la piel.
Es importante acudir al médico cuando haya insolación, porque si salen ampollas pueden aparecer manchas y el riesgo de que ocurra el cáncer es hasta seis veces mayor que en la gente que nunca ha tenido ese tipo de lesión.