La Organización Mundial de la Salud ha reportado un total de 112.163 casos de sarampión alredeor del mundo durante el primer trimestres del 2019. Durante el año pasado, en los mismos tres meses del año, solo se habían contabilizado 28.124 enfermos. Es decir, el sarampión ha crecido un 300%.
Este año se han presentado picos de la enfermedad en 170 países. El año pasado la epidemia había alcanzado 163 y ya no hay región en el mundo que no sufra un aumento sostenido de la enfermedad.
Pero la región más afectada es África donde se ha incrementado en un 700% el reporte de enfermos en los tres primeros meses del año. Europa aparece en segunda posición (con crecimientos del 300%) seguidas del Mediterráneo oriental (100%), América (60%) y la región del sudeste de Asia y el Pacífico occidental (40%).
La población más vulnerables son los menores de edad y los países africanos como República Democrática del Congo, Etiopía, Georgia, Kazajistán, Kirguistán, Madagascar, Birmania, Filipinas, Sudán, Tailandia y Ucrania encabezan las estadísticas del problema.
Algunos achacan esta expansión del sarampión, entre otros factores, a los movimientos antivacunas que han evitado el aumento en la vacunación contra la enfermedad, así como a las olas migratorias que se están viviendo en varias partes del mundo.