La Asociación Colombiana de Salud Pública hizo un urgente llamado al Gobierno nacional para que se implemente de manera urgente un Plan Nacional de Salud Rural para poder enfrentar de manera efectiva.
El llamado tiene que ver con la deficiencia en camas hospitalarias y de Cuidado Intensivos que hay a lo larga del territorio rural del país.
La agremiación relató que en todo el Urabá antioqueño, sólo hay 25 camas de unidad de cuidados intensivos (UCI); entre Amazonas, Guaviare y Caquetá no suman 50 camas y el personal carece de insumos de bioseguridad.
En Leticia, Amazonas, departamento fronterizo con Brasil y Perú, sólo hay 7 unidades de cuidado intermedio. En Caquetá, sólo hay 22 camas, la mayoría ocupadas y en el Guaviare, disponen de cuatro respiradores artificiales.
En la región Caribe, Magdalena y Santa Marta no suman más de 100 camas de UCI para una población de medio millón de habitantes. Bolívar cuenta con 292, Córdoba, 242; César 260; La Guajira 102 y Sucre 183.
El Hospital San José de Maicao zona fronteriza con Venezuela, cuenta con 160 camas, pero sólo 30 para cuidados intensivos operadas por un tercero, dispone de 48 médicos generales y 28 especialistas, quienes requieren tapabocas, guantes, alcohol y gel antibacterial.
El hospital de Málaga, Santander, que atiende a 8.000 personas, sólo tiene tres camas disponibles. Sin cuidados intermedios ni intensivos, deben remitir casos graves a Bucaramanga, con una vía afectada por el invierno.
El hospital Emiro Quintero Cañizares de Ocaña, Norte de Santander, debe atender a 25.000 personas con 21 respiradores, de los cuales sólo 11 están disponibles. Están ampliando su capacidad en 10 camas de hospitalización y 18 para cuidados intensivos.
El incierto panorama de los hospitales de zonas apartadas o rurales deja ver la fragilidad del sistema de salud con que les tocará enfrentar la pandemia.