Muchas voces se alzaron para criticar y otras para apoyar la decisión del Gobierno nacional de disponer de los dineros del Fondo Nacional de Pensiones Territoriales, FONPET, para atender las necesidades de salud y en general los efectos adversos generados a la actividad productiva por la pandemia del Coronavirus.
El Decreto 444 determina cuatro fuentes de recursos, pero la que más genera discusión es la relacionada con los del FONPET, para entender el tema. Pero, no solo hay que leer detenidamente el Decreto, sino todas las situaciones que rodean al FONPET, pues no es la primera vez que el Gobierno destina recursos de dicho fondo para atender distintas actividades, algunos dineros bien invertidos y otros no tan efectivos.
Veamos la historia del FONPET
Este fondo surgió por iniciativa del entonces ministro de Hacienda, Juan Camilo Restrepo, cuando en el año 1.999 impulsó la aprobación en el Congreso de la República la Ley 549; en ese momento las entidades territoriales mantenían un pasivo pensional del orden de los 64,5 billones de pesos, lo que representaba el 39% del Producto Interno Bruto, situación que afectaba a 468 mil trabajadores activos y pensionados.
Transcurridos 20 años, muchas de las entidades territoriales han cubierto su pasivo pensional; los reportes de Departamento Nacional de Planeación dan cuenta que el 62% de los municipios han cubierto dicho pasivo, específicamente en el sector salud el 99% de los municipios ya lo cubrieron. A 2016 se había generado un exceso de ahorro en este sector por valor de 2,1 billones de pesos. En el sector educación 317 entidades territoriales han cubierto el pasivo pensional.
Los excedentes de ahorro del FONPET generan inusitado interés de alcaldes y gobernadores, puesto que se trata de una fuente importante de recursos, poco controlada en la destinación y ejecución.
Casi que cada año el Ministerio de Hacienda libera recursos de excedentes de ahorro pensional, la última vez que ocurrió, fue hace poco menos de un año, cuando el presidente Iván Duque informó que alrededor de 634 municipios del país podrían hacer retiros por un valor superior a 437 mil millones de pesos, y para entonces ningún alcalde criticó la decisión de distribuir los dineros. Esta vez que se destinan a paliar los estragos de la pandemia del Coronavirus surgen críticas.
En el pasado los recursos del FONPET y del FAE se han utilizado para atender pasivos de sectores estratégicos del país. En el 2011 y 2015 se destinaron recursos para saldar las deudas de los municipios con las EPS en el Régimen Subsidiado.
Hay que recordar que una las fuentes de los recursos del FONPET es el recaudo por el juego Lotto Eletrónico, que tiene la característica de ser una renta cedida y por lo tanto debe ser destinada al sector salud; deberíamos entonces aprovechar las circunstancia que atravesamos por el Covid 19 y encargarle al Congreso de la República que legisle para que los recursos de excedentes del FONPET no queden a merced de los alcaldes y gobernadores que invierten en todo lo que se les ocurre y más bien se dirijan a financiar inversiones salud, como en los más de 600 hospitales de baja complejidad que operan en municipios pequeños y no generan ingresos para contratar suficientes médicos.
Aprovechemos que hemos vuelto la mirada al recurso humano en salud, los médicos además de aplausos y reconocimiento, necesitan estabilidad laboral, remuneración digna y oportunidades para especializarse; los colombianos de las regiones dispersas del país requieren de acceso efectivo a la atención sanitarias y en esos lugares lejanos el hospital público es la única presencia del sistema de salud; los recursos excedentes del FONPET podrían ser una fuente de financiación para que el Estado fortalezca la red pública de hospitales.