Por lo menos 50 mil personas con estas condiciones están por fuera del aseguramiento y deben ser atendidos por el sistema.
“Nos ha tocado como Secretaría de Salud del Departamento del Meta suplir estas necesidades y nos hemos convertido como en una EPS, la gente se enferma y no podemos decirle que no hay plata, hay que darles atención en salud a como dé lugar y esto hace que nosotros también pasemos a ser deudores del sistema de salud” aseguró Guillermo Cadena, Secretario de Salud del Meta.
En las cuentas maestras, el Meta tiene 1.600 millones de pesos para cubrir dos grandes deudas, una de 27 mil millones de pesos por la población pobre no asegurada y otra de 10 mil millones de pesos por el no POS y esa falta de recursos es la mayor preocupación del sector salud.
Guillermo Cadena también criticó la tarea de los jueces “a nosotros nos llegan los derechos de petición que se vuelven tutelas, estas hacen que se involucren los entes de control territoriales y nosotros no debemos responder por una obligatoriedad jurídica. Un juez, con todo el respeto que merecen no sabe muchas veces de salud y ponen tutelas para cumplirlas en horas y si no es así, uno va a la cárcel”. Según el funcionario este ha sido otro aspecto que ha terminado en grandes deudas.
Por su parte, Eugenia Dávila, Viceministra de Salud fue enfática en expresar: “la nación no dispone de un fondo donde se puedan transferir recursos de ninguna entidad territorial del no POS”, los recursos son finitos y provienen del sistema general de participación y de rentas cedidas. En el caso del régimen subsidiado si la salud recae en las rentas y no puede cumplir con la cofinanciación, si hay una posibilidad de una ayuda conforme a la ley 1438 de 2011.
¿Y las comunidades indígenas?
Uno de los inconvenientes que tenemos de la población indígena es que el Sistema Indígena de Salud Propia e Intercultural, SISPI no se ha elaborado bien, asegura Guillermo Cadena.
Afirma que cada grupo de población indígena con su autonomía y soberanía no ha querido entrar en los programas de atención porque quieren seguir manejando alternativas de medicina tradicional.
¿Pero dónde está el límite de que un indígena tenga o no la atención? Un dolor abdominal que termina en apendicitis debe ser tratado por la medicina occidental y ahí están las falencias del programa. Desde la medicina tradicional se pueden manejar algunas enfermedades, pero cuando el paciente se complica debe recibir mayor atención y eso no pasa. Deben permitir los servicios, con autonomía pero brindando la atención necesaria al paciente para que no haya letalidad. La situación genera límites que han dificultado los procesos de atención.
Desde la Secretaría de Salud departamental se hizo una propuesta al Ministerio del ramo de un programa integrado que ha presentado muy buenos resultados en todo el mundo, donde las facultades de medicina generen un cupo para los hijos de indígenas y allí aprendan de medicina occidental sin perder la aplicación de la medicina tradicional. “sería un híbrido muy interesante, el esquema está en estudio si se logra va a conjugar y unir… manejarlo aisladamente sería muy difícil” concluyó