Por Adriana Forero. Presidente de la Asociación Colombiana de Instituciones de Salud Domiciliaria
Con el tercer pico de contagios de Covid-19 alcanzado en nuestro país, que a diferencia de los anteriores ha coincidido en la mayoría de ciudades capitales, se ha demostrado la urgencia de consolidar soluciones de fondo que le permitan al sistema de salud soportar la presión generada por los momentos críticos de la pandemia.
Aún con el aumento exponencial de las Unidades de Cuidados Intensivos en el país, que según datos del Ministerio de Salud supera el 100% en el último año, los esfuerzos parecen ser insuficientes cada vez que llegan los períodos de alto nivel de contagio. Lastimosamente, cada vez se dificulta más controlar las interacciones y tanto la capacidad hospitalaria como el personal sanitario quedan totalmente expuestos.
Es por eso que es necesario trabajar mancomunadamente en la consolidación de los planes de vacunación, detección y atención domiciliaria o no presencial. Lograr robustecer eslabones de prevención y atención que le permitan al sistema hospitalario soportar las eventuales cargas ocasionadas por esta u otras enfermedades de transmisión, sin dejar de realizar, por ejemplo, miles de atenciones de promoción, prevención, asistencia y rehabilitación, los cuales son claves para garantizar la calidad de vida de los adultos mayores.
De la misma manera que los problemas de movilidad no se solucionan con solo construir nuevas vías, los problemas del sistema de salud tampoco se resolverán con solo ampliar la capacidad de las UCI. Son medidas necesarias, pero que deben ser acompañadas con planes y acciones a mediano y largo plazo.
En el último año, por ejemplo, se han realizado más de 1.000.000 pruebas de COVID-19 a domicilio, hecho que le permitió al país tener un nivel de identificación y rastreo más eficiente que no hubiera sido posible sin la articulación de diferentes actores del sistema de salud. Lo mismo ocurre con el inicio del Plan de Vacunación Nacional, un gran trabajo en equipo entre el Gobierno Nacional, Aseguradoras y Prestadores que ha permitido superar los 7 millones de vacunados y tener la infraestructura dispuesta para ejecutar las jornadas masivas que se realizarán en los próximos meses.
Estas pequeñas victorias permiten evidenciar que si es posible sumar los esfuerzos para tener un sistema de salud cada vez más eficiente. Es así como es necesario ampliar los servicios de salud extra hospitalarios para no solo descongestionar la infraestructura médica, sino también mejorar la calidad de vida de la población.
Ampliar la capacidad de atención por fuera de los centros médicos, no solo en volumen sino en servicios ofrecidos, le permitirá al sistema hospitalario soportar la presión de una mejor manera sin reducir sus niveles de atención ya que muchos de los procedimientos, por ejemplo del proceso de recuperación de un paciente crítico, podrían ser atendidos en casa.
Así como la telemedicina dio el gran salto en el año 2020, cuando empresas como Keralty pasaron de hacer 1.000 a 300 mil consultas virtuales en un mes, el 2021 debe ser el año de la atención en salud domiciliaria. Con un personal vacunado, robustos protocolos de bioseguriad y una probada experiencia en atención extramural, se debe apostar por realizar la mayor cantidad de atenciones fuera de los hospitales, logrando descongestionarlos sin descuidar la salud de millones de personas.
Si el país quiere tener un sistema de salud realmente sostenible en el mediano y largo plazo, se debe trabajar no solo en la ampliación de la capacidad hospitalaria instalada, sino también pensar en, por ejemplo, brindar ventilación mecánica o cuidados críticos pediátricos en casa. Y en ese camino, impulsar la atención médica domiciliaria, en todas sus ramas, sería una decisión acertada. Es momento entonces de sumar esfuerzos para, en el menor tiempo posible, superar esta crisis sanitaria.