La preservación de óvulos a través de la congelación o vitrificación, se convierte en una de las opciones que existen en la actualidad, para que las mujeres planeen su fertilidad y puedan aplazar su maternidad para el momento en el que se sientan preparadas y así lo deseen. De este modo, también pueden planear ser madres de la misma forma que planifican sus carreras, viajes y demás proyectos de vida.
Esta tendencia ha empezado a tomar fuerza en países como España, donde solo en 2014 más de 3.200 mujeres decidieron realizar este procedimiento. De hecho, esta aumentó significativamente desde 2007, lo que ha representado un hito no solo para quienes trabajan en este tipo de procedimientos, sino que también ha encarnado un medio para la emancipación de la mujer.
Y es que, precisamente, tener el poder de decidir cuándo ser mamá libera a las mujeres a tomar sus propias decisiones y perseguir sus sueños, motivo por el cual la tendencia de la congelación de óvulos se ha popularizado.
¿Cómo funciona este procedimiento?
Cuando las mujeres toman la decisión de congelar sus óvulos para preservar su fertilidad y poder planear mejor su maternidad, deben acudir a una clínica o centro de fertilidad. Actualmente, en Colombia existen cerca de 32 centros especializados que cuentan con profesionales de gran experiencia en la materia y están aprobados por el INVIMA.
Los pasos del proceso son los siguientes:
1. Evaluación del estado clínico de la mujer: exámenes médicos, chequeo general con foco en el sistema reproductivo, medición de la reserva ovárica por medio de la prueba Anti Mulleriana (HMA).
2. Estimulación ovárica: gracias a la administración de algunos medicamentos se induce a que el cuerpo de la mujer libere un mayor número de óvulos en un ciclo.
3. Extracción: procedimiento por el cual se recuperan los óvulos del cuerpo de la mujer.
4. Congelación: preservación de los óvulos a muy bajas temperaturas en el laboratorio.
Los óvulos pueden permanecer congelados indefinidamente sin que se alteren, y estarán disponibles una vez la mujer decida en qué momento de su proyecto de vida quiere que sean fecundados.
Esta tendencia está cambiando la manera en cómo las mujeres viven su fertilidad y planean la construcción de su familia.
La postergación de la maternidad
Frente a la decisión de postergar la maternidad, un estudio realizado por Ferring e Invamer encontró que las mujeres no conocen muy bien su ciclo de vida, y más de un 60% considera que en el momento en que tomen esa decisión, podrán concebir sin ningún problema. No obstante, hay un hecho que muchas pasan por alto y es que, biológicamente, las mujeres nacen con un número de óvulos fijo y que éstos, a su vez, bajan de calidad con la edad.
Ferring Pharmaceuticals, grupo bio-farmacéutico especializado, impulsado por la investigación activa, con sede en Saint-Prex, Suiza, es líder en medicina reproductiva y salud de la mujer, y en áreas especializadas en gastroenterología y urología.
Explica que las mujeres tienen un número fijo y único de óvulos que corresponde a la reserva ovárica de cada una de ellas. En este marco, el deterioro de la reserva ovárica es uno de los principales problemas que se observan en las clínicas de fertilidad y va ligado fundamentalmente a la edad de la mujer. A mayor edad, se produce un menor número de óvulos y con una calidad inferior, lo que genera más dificultades para conseguir el embarazo. Esta condición las conduce a recurrir a Técnicas de Reproducción Asistida (TRA) tras varios años de intento.
En este sentido, es importante tener en cuenta que, al tiempo que las mujeres desarrollan sus proyectos profesionales y sueños personales, el ciclo de vida reproductivo avanza. De hecho, cada una nace con aproximadamente un millón de óvulos; en la pubertad, esa cifra disminuye a casi 300 mil; luego de la primera menstruación este número sigue decayendo, de modo que solamente 300 óvulos serán liberados durante los años reproductivos.
Es decir que, si una mujer decide tener hijos en edades avanzadas, los óvulos restantes podrán ser pocos o no tener las características genéticas idóneas. Es por lo anterior que, uno de los principales retos de las jóvenes profesionales de hoy en día, es hacer que su reloj biológico coincida con el momento que han definido como el mejor para ser madres.