Los incentivos perversos que impiden la formalizaron laboral le imponen al estado colombiano una carga económica en el régimen subsidiado en contraste con el ahorro de los empleadores.
El Dane acaba de revelar que en el país se cuentan 23 millones de personas ocupadas y más específicamente, que en el tercer trimestre del año el sector agropecuario generó 146 mil empleos y por otro lado el comercio creó 114 puestos de trabajo; estos datos del Dane distan de los reportes del sistema de salud, donde el régimen contributivo alcanza la suma de 21.9 millones de afiliados, mientras que el régimen subsidiado está por encima con 22.3 millones de afiliados; éste es la tendencia de los reportes del Ministerio de Salud en los últimos años.
Cuáles son las causas de las distorsiones entre la generación de empleo y los datos de la seguridad social.
Los incentivos perversos como las cuotas moderadoras y los copados del régimen contributivo, impide que las personas, que estando afiliadas al régimen subsidiado y consiguen una posibilidad de empleo formal, prefieran permanecer en la informalidad laboral, al calcular los valores de las consultas médicas, los tratamiento y medicamentos que deben asumir al ser trasladadas al régimen contributivo, lo que a la postre se traduce en un ahorro para el empleador, a costas de las financias públicas.
En este sentido, la legislación va en contravía de los usuarios de la salud, pues en la reciente ley 1819 de 2016, de reforma tributaria, se exoneró a un grupo significativo de empleadores de los aportes a la salud, cuando debió aliviarse el bolsillos de los pacientes, eliminando los copados y las cuotas moderadoras y de esta forma incentivar la formalización laboral, con todos los beneficios de la seguridad social.
Otro de los incentivos perversos en la salud, consiste en permitir a las EPS del régimen contributivo la operación en todo el territorio nacional, sin que demuestren ninguna capacidad administrativa o técnica en el municipio, es decir, sin contar con una oficina de atención al usuarios y lo que es peor, sin contratos con la red de servicios de salud, esto origina que los afiliados cotizantes estén inscritos en una EPS del contributivo y sus beneficiarios, sobre todo los que requieren de atención médica, permanezcan en las EPS del subsidiado, que sí están obligadas a hacer presencia en los municipios con oficina de atención al usuarios, contratos con los hospitales y personal para atención de quejas y autorización de servicios.
Pensar en los usuarios sería eliminar los incentivos perversos como los copagos y las cuotas moderadoras, como también no permitir que las EPS del contributivo, que no tienen presencia real en el municipio, afilien a las personas. Más bien la afiliación se realice con las EPS que realmente operan en la entidad territorial.