Tokio.- Al nacer cabía en dos palmas de mano juntas. Era tan pequeño que solo pesaba 268 gramos. La historia del bebé más chiquito del mundo al nacer tiene como escenario un hospital de Tokio, Japón, y como coprotagonista al doctor Takeshi Arimitsu quien asegura que el neonato ya recibió el alta y está listo para crecer en compañía de su familia.
El bebé llegó en agosto de 2018 a la sala de emergencias, su madre ameritaba una cesárea de inmediato: El útero había dejado de crecer a las 24 semanas. Aún restaban 20 más pero la vida del feto corría peligro.
Los especialistas realizaron la cirugía y así este bebé rompió el récord de ser el más pequeño en nacer, según los datos de la Universidad de Iowa en Estados Unidos.
Al nacer, debió pasar varios meses en cuidados intensivos hasta poder subir de peso y conseguir 3,2 kilogramos y así recibir la autorización para ir a casa.
“Solo puedo decir que estoy feliz de que haya crecido tanto porque, honestamente, no estaba segura de que pudiera sobrevivir”, dijo la madre del niño, según el Hospital Universitario Keio de Tokio.
A juicio de Arimitsu, esta historia permitió demostrar que sí “existe la posibilidad de que los bebés puedan salir del hospital con buena salud, incluso si nacen prematuros”.
La Organización Mundial de la Salud define a un niño “bajo de peso” al nacer cuando registra una talla menor a los 2,5 kilogramos.
En Japón la tasa de supervivencia de bebés prematuros con un peso menor a un kilogramo es de 90%. Sin embargo, para los que registran menos de 300 gramos la posibilidad de sobrevivir es de 50%.