Medellín.- Este jueves 7 de marzo se hará la diligencia del desalojo a la Cínica Conestética Quirófanos para Especialistas, (otrora Clínica Alameda), luego de varios conflictos entre arrendataria y arrendador y de haber estado cerrada por orden de las autoridades en diferentes ocasiones en 2018.
Julio César Noreña Muñetón, propietario del inmueble desmintió la versión de Patricia Urrego Restrepo dueña de Conestética, al decir que no es por persecución que se le ha cerrado el establecimiento, sino por no cumplir los pagos del alquiler.
Noreña Muñetón contó a Opinión y Salud que ni él, ni la Secretaría Seccional de Salud de Antioquia (SSSA), ni la Gobernación, ni el concejal, Bernardo Alejandro Guerra Hoyos la llevaron a la quiebra.
“Yo le presté una plata a la señora a través de una agencia de propiedad raíz aquí en mi oficina, en 2012. Me tocó demandarla en enero de 2014 porque no pagaba y tampoco pagaba intereses, ya estaba vencida”, afirmó el afectado.
La justificación de ese incumplimiento con la obligación era que estaba cerrada la Clínica, cuando esa clausura “fue en 2018 y la falta de pago fue en 2013. En 2017 en principios, se remató la Clínica y a mí me la adjudicaron por parte de la deuda; inclusive, ella me quedó debiendo cerca de 230 o 240 millones de pesos porque el valor de la Clínica, con lo que la evaluaron no alcanzaba a cubrir (lo adeudado), ni los intereses que me debía”, añadió el dueño.
Hubo una serie de inconvenientes entre las partes, lo que incluyó advertencias y amenazas, por eso el caso estuvo en la Fiscalía. Nosotros tuvimos reunión con ella ya después en el comando de la Policía Antioquia”, dijo el afectado.
Las partes lograron llegar a un acuerdo y se suscribió el contrato de arrendamiento desde febrero de 2017 hasta octubre de 2018, pero Urrego Restrepo no pagó a tiempo el canon desde 2017.
“El primer cierre que le hicieron, tengo entendido que fue a mediados de 2018. En mayo demandé por falta de pago el contrato de arrendamiento; además de que también se vencía en octubre de 2018 y era improrrogable. Ella no dejó de pagar antes porque le iban a cerrar después, eso no es lógico. La señora nunca contestó la demanda, utilizó todas las artimañas posibles con los abogados para dilatar las cosas. En noviembre de 2018 el juzgado falló en contra de ella en donde le ordenaba que me restituyera el inmueble y le daba 15 días de plazo, so pena que le hicieran el lanzamiento”, relató Julio César.
Patricia Urrego no le ha entregado el inmueble al propietario, de ahí que se deba hacer el lanzamiento esta semana.
Hace aproximadamente un mes se reunieron las partes para conciliar. La mujer le propuso a Noreña que eximiera de toda responsabilidad al fiador y le entregara a ella el inmueble o que esperara a que el juzgado hiciera el lanzamiento.
“Yo tengo pruebas de que el inmueble lo están desmantelando, le han sacado puertas, ventanas, baños, lavamanos”, aseguró el dueño, quien se enteró de eso porque cuando hubo el cierre de Conestética Quirófanos en diciembre de 2018 un hermano suyo, que vive cerca notó que entraban al lugar oficiales de construcción y sacaban partes; además, se grabaron unos vídeos en los que se ve ese “desmantelamiento”.
“Yo le pienso instaurar una demanda penal por daño en bien ajeno. Esos son actos delincuenciales prácticamente”. Existen fotos que constatan el buen estado en que se encontraba el local antes de ser entregado a Patricia y en el contrato se anotó que estaba en excelentes condiciones de trabajo, aseveró el afectado.
En diciembre Noreña Muñetón le solicitó a Urrego Restrepo permitirle la entrada al lugar para ver cómo estaba, pero ella se lo impidió en ese momento y le dijo que lo llamaría para avisarle cuándo podría ir; lo que nunca sucedió.
Es importante recordar que Patricia Urrego en días pasado le dijo a Opinión y Salud que estaba siendo víctima de persecución de género por ser una mujer empresaria por parte de la Secretaría Seccional de Salud de Antioquia (SSSA), la Gobernación, el arrendatario del local y el concejal, Bernardo Alejandro Guerra Hoyos.
Ella afirmó en esa ocasión que no había motivos de peso para que esa IPS debiera permanecer cerrada, pues los hallazgos eran más de forma que de fondo. También admitió que Inicialmente hubo algunos incumplimientos en los estándares de calidad que sí debían ser corregidos, pero supuestamente sus perseguidores luego se pegaron de asuntos que no justificaban la medida.