El lunes 2 de marzo del año 2020 podrá ser recordado como la fecha en que la Corte Constitucional cambió la jurisprudencia sobre el aborto en Colombia, de un enfoque de causales adoptado mediante sentencia C 355 en el 2006; donde estableció tres causales para la despenalización: cuando exista peligro para la salud física o mental de la mujer; cuando exista grave malformación del feto que haga inviable su vida extrauterina y por violación o inseminación artificial no consentida. Ahora podría orientarse la despenalización con un enfoque centrado en los derechos de la mujer, que se reconozca a las mujeres el derecho a la libertad y a la autonomía reproductiva.
La ponencia del Magistrado Alejandro Linares plantea que el Estado no puede obligar a una mujer embarazada a asumir sacrificios heroicos y a renunciar a sus propios derechos en beneficio de otros. De predominar esa postura el aborto sería completamente legal hasta el tercer mes de embarazo.
La Corte Constitucional estudia dos demandas que presentó la abogada Natalia Bernal el año pasado, en una pide penalizar totalmente el aborto y en la otra que se reconozca como personas con derechos a los fetos cuando están en el útero materno. Con los argumentos, la jurista busca que la Corte vuelva a penalizar el aborto bajo el argumento de que habría evidencia científica para asegurar que el derecho a la vida debería regir desde antes del nacimiento. Según la demandante con la interrupción voluntaria del embarazo se violan los derechos a la vida, a la salud, dignidad y a la integridad de la mujer embarazada y del menor en etapa de gestación.
El debate sobre el aborto, ha generado una polarización entre quienes consideran que la vida se da desde el momento de la concepción, y por lo tanto consideran que se deben proteger los derechos del no nacido, y entre quienes creen que despenalizar por completo el aborto y avanzar más allá de las tres causales que ya existen, con ellos se garantizaría los derechos de la mujer a decidir libremente, sus derechos sexuales y reproductivos, y su salud y vida. La decisión de la Corte iría al compás de la tendencia mundial de reforzar estos derechos y, sobre todo, uno que insiste en la idea de que nadie, ni siquiera el Estado, puede entrometerse en decisiones de la vida privada de una mujer.
En los últimos días, el tema tuvo mayor relevancia, cuando se conoció que Angie Palta, una mujer residente en Popayán, interrumpió su embarazo de manera legal tras siete meses de gestación porque asegura no sentirse preparada psicológicamente para dar a luz.
De aprobarse la ponencia tal cual está escrita, Colombia haría historia en Latinoamérica al legalizar el aborto. Argentina se dirige hacia la misma idea, un tema que divide profundamente a la sociedad, pero cuenta con un gran apoyo entre los jóvenes y la mayoría de las mujeres.
Cifras de la Organización Mundial de la Salud, dan cuenta que en todo el mundo diariamente mueren 1500 mujeres debido a complicaciones del embarazo y el parto, el 13% de dichas muertes están relacionadas con el aborto; En Colombia se practican al año 400,400 abortos inducidos.
Temas como el aborto, hace parte de la agenda de gobierno en todo el mundo, donde los cambios culturales son determinante de la agenda pública, si bien en los año sesenta los temas de la agenda pasaban por resolver los asuntos relacionados con los derechos sociales y económicos; recientemente las demandas sociales están ligadas a valores posmaterialistas como la libertad, derechos sexuales y reproductivo de la mujer.