El grupo farmacéutico Purdue Pharma, reconocido por la crisis de los opioides en EE. UU., anunció su declaración de bancarrota y la salida de sus propietarios, la familia Sackler, con la intención de saldar la avalancha de litigios en su contra.
En virtud de un acuerdo con 23 fiscales estatales, pero que está sujeto a aprobación de un tribunal, los Sackler van a transferir “la totalidad de sus activos a un fondo u otra entidad establecida para beneficio de los demandantes y el pueblo estadounidense”, según un comunicado del grupo difundido el domingo.
Esta decisión deberá proporcionar más de USD 10.000 millones para abordar la crisis de los opioides, que causó 47.000 muertes por sobredosis en EE. UU. en 2017. Si el acuerdo es aceptado, todas las demandas serán “resueltas”, incluyendo las iniciadas por municipalidades y estados, y Purdue se vería “liberado de manera plena y permanente” de todo litigio.
La compañía dijo que había solicitado esta medida bajo el Capítulo 11 del Código de Bancarrota de EE. UU. La junta de la nueva compañía sería seleccionada por los demandantes y aprobada por el Tribunal de Bancarrota.
El gigante farmacéutico, cuyo analgésico OxyContin es culpado de gran parte de la epidemia de adicción a los opioides en el país estadounidense, enfrenta más de 2.000 demandas estatales y federales. El laboratorio es acusado de haber instado a los médicos a recetar en exceso su medicamento insignia, sabiendo de sus efectos adictivos.
TOMADO AFP