Los científicos lo bautizaron con el apodo “el paciente de Londres” al experimentar una remisión sostenida del VIH-1, lo que se podría traducir en una cura del letal virus. Así lo reseñó la revista Nature al asegurar que se trata de la segunda persona en experimentar este retroceso en la enfermedad.
Han pasado 10 años desde que se detectó el primer caso similar. Para el 2009 se llamó “el paciente de Berlín”, hoy se sabe que ambas personas han sido trasplantadas de células madre por donantes que portaban una mutación genética conocida como CCR5-delta 32, resistente al VIH.
Desde hace 18 meses, “el paciente de Londres” se encuentra en remisión luego de dejar de tomar los retrovirales, medicina que deben consumir los pacientes portadores del virus.
Ravindra Gupta, profesor en la División de Infección e Inmunidad de la University College London, advirtió que “al lograr la remisión en un segundo paciente utilizando un enfoque similar, hemos demostrado que el Paciente de Berlín no era una anomalía y que realmente fue el tratamiento lo que eliminó el VIH en estas dos personas”.
En este sentido, Gupta explicó que el método utilizado en este paciente no es el indicado en todos los demás. No debe generalizarse, afirmó. Sin embargo, reiteró que podrían existir nuevas estrategias de tratamiento para lograr que más vidas se salven con terapias genéticas.
Hasta el momento, los especialistas a cargo siguen de cerca la condición de “el paciente de Londres” debido a que deben esperar un tiempo prudencial para poder afirmar que el VIH ha sido eliminado del cuerpo.
“Es emocionante”
Como “emocionante” fue catalogada la remisión de este “paciente de Londres” para la doctora Sharon Lewin, directora del Instituto Peter Doherty para Infecciones e Inmunidad y profesora de medicina en la Universidad de Melbourne. “A casi 10 años del exitoso informe del paciente de Berlín, este nuevo caso confirma que el trasplante de médula ósea de un donante CCR5 negativo puede eliminar el virus residual y evitar que se recupere cualquier rastro de virus”, aseveró.
“Es probable que haya dos factores en juego: la nueva médula ósea es resistente al VIH, y además, la nueva médula ósea está eliminando activamente cualquier célula infectada por el VIH”, comentó.