En 25 años de existencia la Fundación Operación Sonrisa ha intervenido y cambiado la vida de 22.700 colombianos y así lo testifica con orgullo su directora ejecutiva, Martha Tristancho, quien lleva el mismo tiempo al frente de la institución.
“Operación Sonrisa nació en Boyacá como un sueño de algunas personas que vieron la oportunidad de apoyar a niños y niñas que presentaban la malformación de paladar hendido y labio leporino, cuya población no imaginaron era tan numerosa en el país”, recuerda Tristancho.
Durante estos cinco lustros, han practicado más de 22 mil 700 cirugías han atendido a más de 12 mil pacientes y anualmente se le ha hecho seguimiento a un promedio de 2.200 personas con esta condición, para permitir en el postoperatorio su rehabilitación total y la inclusión.
De acuerdo a las cifras que maneja la Fundación, uno de cada 700 nacidos vivos en Colombia presentan paladar hendido. “Bajo nuestra experiencia de 25 años ayudando a este grupo poblacional, hemos encontrado mayor número de casos en los departamentos de Sucre y Córdoba. Allá cada año que vamos o cada tres meses que nos desplazamos a las zonas, encontramos nuevos casos”, afirma Martha Tristancho.
El labio leporino y la hendidura del paladar son orificios o hendiduras en el labio superior, en el techo de la boca (paladar) o en ambas partes. Se producen cuando las estructuras faciales de un feto no se cierran por completo.
Ambas, son de los defectos congénitos más frecuentes. Ocurren con mayor frecuencia de manera aislada, pero también se asocian con muchos síndromes o trastornos genéticos hereditarios.
“Las implicaciones de esta malformación en los bebés son bien importantes y traumáticas por el riesgo que corren los primeros meses de vida, ya que tienen dificultad para alimentarse, los riesgos de desnutrición son elevados, así como de un desarrollo precario, incluso algunos desafortunadamente mueren, cuando las madres no aprenden a amamantar a los bebés”, afirma Tristancho.
Pero no es menos complicada la etapa infantil, para quienes presentan esta malformación, pues son víctimas de burlas y su aprendizaje se complica por la dificultad de algunas para poder comunicarse.
“El desarrollo escolar del niño es difícil porque no va a poder hablar bien no va hacer bien los sonidos y viene el rechazo de los compañeros y de los profesores porque no les entienden, no se saben comunicar, pero no necesitan una educación especial, y lo vemos con personas que hemos encontrado hasta de 70 años que toda su vida han vivido con labio abierto”, afirma la directora de la Fundación Operación Sonrisa, al advertir que esta malformación no está considerada como una discapacidad.
Finalmente Tristancho hizo un llamado a los colombianos para que sigan apoyando esta obra que ha devuelto la sonrisa a miles de personas en los rincones del país.