Bucaramanga.- Aunque muchos lo prefieren largo, en Bucaramanga el tema no era la moda, ni mucho menos la vanidad. Por el contrario, las más de 600 personas, que se enfrentaron a las aceradas tijeras de los estilistas, lo hicieron en un acto de amor y servicio hacia aquellas mujeres a quienes el cáncer, les obligó a ver a un ser distinto frente al espejo.
En una iniciativa liderada por la Secretaría de Salud de Bucaramanga en cabeza de Claudia Amaya, se propició una jornada masiva de donación de cabello para elaborar pelucas que serán entregadas de forma gratuita a mujeres que padecen alguna neoplasia y que por efectos de la quimioterapia, perdieron su cabello.
La actividad que duró doce horas, inició a las 9:00 a.m. y concluyó pasadas las nueve de la noche en el Centro Comercial la Quinta, ubicado en el sector de Cabecera. Allí con el patrocinio de varias peluquerías de la ciudad, el banco de pelucas “La Corona”, del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), entre otras entidades, se empezaron a recibir a las voluntarias cuyas cabelleras cruzaban incluso el límite de la cintura, pero que luego de pasar por la silla de los peluqueros, apenas rozaban la línea de los hombros.
Diana Carolina Gómez y su pequeña hija Isabela Rodríguez, fueron solo dos de las cientos de mujeres que dejaron de lado los egos y el miedo mismo de enfrentarse a un cambio de estilo radical para que sus mechones de cabello sean entretejidos y convertidos en pelucas que devuelvan, aunque sea un poco, la esperanza a quienes luchan contra algún tipo de cáncer.
“Escuchamos de la campaña y vinimos a donar el cabello por apoyar a las personas que sufren de esta enfermedad, ya que en nuestra familia han fallecido por la enfermedad”, dijo Diana Carolina.
Ella le contó a su hija que se iba a cortar el cabello para donarlo e Isabela, además de acompañarla, también se sumó a la campaña. “Yo miro a las personas que no tienen cabello y se que van a ser muy felices con un poquito del mío; yo sé que va a volver a crecer”, expresó Diana Carolina.
Por su parte, Dora Isabel Ramos Mendoza, una monteriana alegre y sobre todo magnánima, expresó que esta no es su primera donación. La primera la hizo mucho antes de saber que su mamá tenía cáncer: “A mí me nació donarlo y ya he donado varias veces (…) Ahí traje la donación del cabello de mi hija que lo tenemos guardado hace un año… regalé tres moños: el mío hoy, el que tenía guardado que venía con liguitas y el cabello de mi hija que era una trenza gruesa de casi sesenta centímetros”, contó.
Invitó a las mujeres para que donen su cabello, en especial si las pelucas van a ayudar a aquellas que no tienen suficientes ingresos para adquirir una peluca, a sentirse más cómodas en medio de la angustiosa situación a las que las somete el cáncer.
El objetivo, según Claudia Amaya, fue hacer un llamado a los bumangueses quienes respondieron de forma generosa: “Aquí la gente está pidiendo otra jornada, pero solo teníamos previsto este día para hacer la donación”.
“Empezamos a buscar aliados que decidieron aportar y apoyar esta jornada de donación de cabello. (…) Esto se planeó en la última semana porque no teníamos una institución que hiciera unas pelucas a cero pesos. Las pelucas están alrededor de 850 mil pesos a millón y medio y era imposible conseguir quién las confeccionara a cero pesos”, explicó Claudia Amaya quien durante todo el día estuvo en el Centro Comercial como líder de la propuesta.
Alba Janeth Martínez quien trabaja en el SENA dijo que la campaña, que hace parte del área de salud de dicha entidad, inició pensada como acompañamiento a las personas de escasos recursos que padecen cáncer y que por lo agresivo del tratamiento pierden el cabello y no tienen para comprar una peluca de cabello natural.
Fue a partir de una investigación que conducía a saber cómo higienizar el cabello que surgió la idea de crear un banco de pelucas y en alianza con las asociaciones que trabajan con personas enfermas de cáncer, la propuesta se hizo viable. “Hemos participado en concursos nacionales; estuvieron los aprendices en Cali y ya Santander es un proyecto piloto en este tema”, explicó.
“Hemos entregado pelucas a quienes ya se han recuperado del cáncer y las han devuelto; se les hace un tratamiento de higienización para que vuelvan a servirle a otras personas, y también las dimos a personas que desafortunadamente fallecieron, pero que los últimos días pues tuvieron la fortuna de verse bien”, dijo Alba Martínez.
Por su parte, Claudia Amaya añadió que no se esperaban que la respuesta de las bumanguesas fuera tan masiva, puesto que el banco de pelucas del SENA, puede recoger en un año, doscientas donaciones de cabello, pero en la actividad de la Secretaría de Salud local, la cifra se triplicó. “Creíamos que iba a estar alrededor de las doscientas personas, pero la verdad, ¡esto es increíble!”, dijo y añadió que: “pusimos de moda el cabello corto en Bucaramanga”.