Se discute en el Congreso de la República el proyecto de Ley del Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022, que fijará el derrotero del actual Gobierno en las políticas públicas en cada uno de los sectores.
En lo que respecta al sector salud la esperanza de los cambios está puesta en que se resuelvan de una vez por toda las crisis recurrentes que impactan negativamente en la calidad de la atención que reciben los usuarios; para ello habrá que abordar desde distintos ejes la problemática.
En el aseguramiento en salud. Uno de los desafíos es romper la tendencia de que existan mayor número de afiliados en el régimen subsidiado, que en el régimen contributivo, puesto que el sistema se va haciendo cada vez más insostenible financieramente.
Existen incentivos perversos que impiden que personas de bajos ingresos migren al régimen contributivo, cuando les ofertan una opción laboral; uno de esos incentivos perversos son los copagos y las cuotas moderadores, quizás eliminando dichas contribuciones a los afiliados del régimen contributivo que devenguen entre uno y dos salarios mínimos podría ser la solución y al contrario imponer copagos a los niveles dos y tres del Sisben que estén en el régimen subsidiado.
Por otro lado, se debe avanzar de una vez por todas en la unificación de los dos regímenes, contributivo y subsidiado, exigirles a las EPS del contributivo que instalen oficinas de atención al usuario donde pretendan operar y terminar con las EPS virtuales que el usuario no las ubica, ni siquiera para interponer una queja.
Otro punto definitivo para impactar en la calidad de vida de los colombianos es la implementación del modelo de gestión de riesgo en salud. Aún muchas EPS muestren ante el Ministerio de Salud y específicamente ante la Cuenta de Alto Costo, que tiene programas de gestión de riesgo, pero en la práctica es distinto.
Vemos pacientes hipertensos descompensados, que de manera constante asisten a la consulta ambulatoria con el médico general, se les duplica la dosis del medicamento, mientras empeora la salud. A esto no se le puede llamar gestión del riesgo.
Tendrán la Superintendencia Nacional de Salud y las secretarías de salud, que transformar sus esquemas de vigilancia a los programas de gestión del riesgo.
La gestión del riesgo es la alternativa para mejorar los indicadores de salud pública, a que está comprometida Colombia a instancia de la Organización Mundial de la Salud OMS, en aspectos como la mortalidad materna, mortalidad infantil y la desnutrición.
Fortalecer la red pública, sobre todo en los municipios rurales donde no existe oferta privada y el hospital público es la única opción de los usuarios para el acceso a la salud.
Recurso humano en salud. Hay desafíos que no se pueden seguir aplazando, como es la formación de médicos especialistas, que no puede estar a merced de las facultades de medicina, que ofertan cupos, no en virtud de la necesidad de servicios especializados, sino de otro tipo de intereses; en este ámbito el mayor reto estaría en la formación de especialistas en medicina familiar, como el apoyo a un modelo de gestión de riesgo en salud.
Son grandes los retos que quizás en los enunciados incorporados en el proyecto de Ley del Plan de Desarrollo, no se logre abrazar, plantear el saneamiento financiero del sector, con una ley de punto final, no es suficiente, o exigir la capitalización de las EPS, cuando en verdad la causa del desequilibrio financiero radica en que muchas EPS son meras intermediarias que pagan por la atención de enfermos y poco o nada hacen en establecer un modelo preventivo, de esta forma estaríamos avocados a futuras crisis, deudas impagables, hospitales quebrado y más EPS liquidadas.