Medellín.- Pese a que a diciembre de 2018 en Medellín se alcanzó la cifra más baja del embarazo adolescente de los últimos 20 años con un total de 4.410 y una reducción de superior al 30 por ciento, aún no es una cantidad alentadora, pues la pretensión de las autoridades es llegar a cero.
“Puede ser una buena cifra si la comparamos con años anteriores, pero para nada significa que sea una buena cifra”, afirmó el alcalde de los medellinenses, Federico Gutiérrez Zuluaga.
Ese logro ha sido por el trabajo interdisciplinario de las secretarías de Salud, Educación, Mujeres, Inclusión Social y Familia, y Juventud con el apoyo de entidades privadas.
La meta en el Plan de Desarrollo era de tener una tasa de 19,7 por ciento, pero se pudo superar al llegar a 15,8 puntos porcentuales del total de los embarazos registrados en la ciudad.
En 2015 la cantidad era de 6.334 niñas de 10 a 19 años en estado de gravidez, equivalente a 19.1 por ciento de las embarazadas de la ciudad. En 2016 llegó a 5.777 y en 2017 estuvo en 5.191.
En los primeros tres años de la administración anterior se presentaron 20.450 casos, mientras que en los tres primeros años del actual gobierno el guarismo llegó a 15.378.
Han sido varias las estrategias aplicadas para lograr la disminución del problema, entre éstas la implementación de la Mesa Municipal de Prevención de Embarazo Adolescente, la Línea Amiga, Servicios Amigables para Adolescentes y Jóvenes, Escuela Entorno Protector, Red de Equidad de Género, Sistemas de Alertas Tempranas, así como asesorías individuales y grupales en salud sexual y reproductiva.
Adicionalmente, se adelanta un proyecto con la Fundación Juanfe, dirigido a las adolescentes que ya tuvieron un hijo, que busca evitar el embarazo subsecuente o el segundo en esa etapa de la vida.
Asimismo, se viene aplicando el MIAS (Modelo Integral de Atención en Salud) en la Zona 1 de Medellín, compuesta por las comunas Aranjuez, Manrique, Popular y Santa Cruz (nororiente) y algunas partes de la zona centro oriental. Allí se concentra el 40 por ciento de los casos.
La secretaria de Salud y Protección Social del Municipio, Claudia Elena Arenas Pajón explicó que la prueba piloto del MIAS se inició en la Zona 1 porque no sólo es donde más prevalente el problema en mención, sino el embarazo en general y el bajo peso al nacer.
En el marco de este Modelo más de 200 profesionales están en territorio y se priorizan todas las instituciones educativas de esa parte de la ciudad. Allí se empezaron las intervenciones educativas. También se les facilitan los medios a las chicas para acceder a los métodos de planificación.
Arenas Pajón añadió que la metodología incluye la visita de personal capacitado, que hace una encuesta bajo los lineamientos del Ministerio de Salud y Protección Social. Acuden una enfermera y una sicóloga, quienes ejecutan la intervención a hombres y mujeres en materia educativa y a ellas se les pone a escoger el anticonceptivo que prefieran usar.
Se les ha enseñado a los jóvenes de ambos sexos que la sexualidad responsable no es sólo planificación, sino evitar el contagio de enfermedades venéreas, entre otros aspectos.
En un proceso de caracterización hecho en la Zona 1 se notó que casi el 60 por ciento de la población hace parte del régimen contributivo, por lo cual hay articulación con las EPS y Metrosalud como el operador para facilitar los métodos anticonceptivos.
Un total de 1.346 chicas han accedido a la planificación, de ahí 1.173 han recibido implante (largo plazo), 87 métodos inyectables y 86 píldoras.
El Alcalde enfatizó que esto es cuestión de cambiar la cultura de las personas, pues el embarazo adolescente es un determinante de pobreza y de progreso cuando no se da.
Hay chicas que quieren tener un hijo del jefe de la banda del sector, del que llega en la moto al barrio o de quien ha tenido ascenso social. Es por ello que se les da un proceso educativo a los chicos y a las menores de edad para que vayan ir cambiando esa mentalidad.
“Es importante tener claridad que como padres de familia, como educadores, docentes, rectores de los colegios y personal de salud, debemos tener la capacidad para orientar a los adolescentes y que tengan una sexualidad responsable, que se cuiden y se protejan con todo lo que tenemos hoy para ofrecer”, puntualizó Arenas Pajón.
Cabe decir que en las adolescentes embarazadas el riesgo es mayor para ellas y los recién nacidos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que la segunda causa de muerte en muchachas de 15 a 19 años en el planeta son las complicaciones durante el embarazo.
Además los neonatos de madres adolescentes tienen mayor probabilidad de presentar bajo peso.