En Medellín se viene promoviendo en espacios abiertos la práctica de actividad física con equipos de forma gratuita encaminada a evitar el sedentarismo y por tanto la obesidad, lo que se podría constituir en un ejemplo para otras ciudades de Latinoamérica, consideró Gina Watson, represente de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en Colombia, en el desarrollo del III Curso Nacional de Obesidad y Hábitos de Vida Saludable, que se efectúa entre este viernes y sábado en la capital antiqueña.
Es por lo anterior que se ha programado para inicios de diciembre la realización del tercer Foro Urbano de Salud, organizado por la OPS, el Ministerio del ramo y la Alcaldía de Medellín. Se quiere mostrar a la población cómo puede ser saludable en un contexto de estructura de ciudad.
“No sólo Medellín, he recorrido otras partes del país y es muy grato ver los gimnasios en los parques populares, la gente utilizándolos y cuidándolos. Eso es todo un ejercicio de reeducación, cómo podemos enseñar a las personas que no es necesario estar en un gimnasio de alto costo para hacer ejercicio, que puede caminar, trotar, que pueda llenar una botella de gaseosa con arena y utilizarla para (levantar) pesas”, aseveró la delegada.
Esto cobra importancia si se tiene en cuenta que en Colombia 1 de cada dos personas tiene sobre peso; es decir el 51 por ciento de la población, cifras oficiales de un estudio hecho en 2010 por el Ministerio de Salud y Protección Social, que citó Iván Darío Escobar, médico endocrinólogo y presidente de la Fundación Colombiana de Obesidad (Funcobes).
Por la obesidad del 8 al 10 por ciento de los colombianos adultos tienen diabetes y más o menos el 25 por ciento de los adultos, hipertensión.
El 80 por ciento de los obesos sufren de apnea del sueño, 70 por ciento tiene hígado graso. Al obeso se le acorta la vida seis o más años.
El directivo iteró que cada vez se ve más interés de la población por la prevención, “porque las EPS maltratan a la población obesa, no hay programas, la persona obesa lucha mucho para que lo atiendan, la cirugía bariátrica es bastante difícil que se logre y para el tratamiento de la obesidad no hay grupos interdisciplinarios (médicos, nutricionista, sicólogo, deportólogo)”.
En el país el Ministerio, las alcaldías, Coldeportes y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar están teniendo iniciativas encaminadas a mejorar la prevención, en este caso la obesidad con programas de movilidad estimulando el uso de la bicicleta y el caminar más, así como propiciar la creación de tiendas saludables en las escuelas y colegios, al igual que la promoción de actividad física y la creación de espacios propicios para ello.
Aumento de sobre peso en niños
La delegada de la OPS afirmó que la mayor preocupación es la obesidad infantil, que va en aumento. Por tanto, si se le enseña al menor desde pequeño a tener buenos hábitos como la alimentación adecuada y hacer ejercicio, será un adulto mucho más saludable. “Pero si la intervención no se hace a nivel de las generaciones jóvenes, es muy poco probable que podamos invertir el curso de esta epidemia de enfermedades crónicas no transmisibles y de obesidad”.
Asimismo, dijo que se ha promulgado un plan regional de lucha contra la obesidad infantil, con el propósito de convocar a los países miembros y establecer políticas intersectoriales necesarias para esto, pues si un niño es gordito, lo más probable es que cuando crezca tenga sobre peso, lo que conlleva a adquirir enfermedades como diabetes, hipertensión, entre otras.
Cada año la obesidad en el mundo va aumentando considerablemente, en especial por el consumo de alimentos ultraprocesados, al ser ricos en grasas, sal y azúcar.
“No basta hablar de una nutrición sana, si los alimentos sanos no son accesibles a la población, no están disponibles a la población; si los programas institucionales no son compatibles y coherentes con esto, por ejemplo el tema de las meriendas escolares, el tema del control al acceso a las bebidas azucaradas (gaseosas), el control a los alimentos ultraprocesados y comida chatarra”, sostuvo Watson.
Así las cosas, es importante ver cómo trabajar conjuntamente entre todos los sectores para establecer las políticas que ayuden a los padres de familia a tomar decisiones frente a la nutrición y buena calidad de vida de los hijos.
El problema de la obesidad se da por muchos factores como económico, cultural, político, de acceso a los alimentos sanos, “porque la comida chatarra es más barata, pero es más nociva. Nos preguntamos por qué la madre en vez de que le dé el pecho al niño durante los seis meses, es más fácil ponerle una gaseosa en un biberón”, Gina Watson.
El reto es ver cómo educar a las personas para que consuman más frutas y verduras, menos comida procesada, menos enlatados, menos azúcar y sal. Es decir, cómo reeducar en cambiar las malas prácticas alimenticias.
“Esto va más allá de la intervención en salud, esto requiere intervención a nivel educativo, económico, productivo, de establecer las medidas de control como están haciendo algunos países, de tal manera que la población pueda accesar de mejor manera a las prácticas y la alimentación que requiere”, aseveró la funcionaria de la OPS.
De seguir así la situación las nuevas generaciones no llegarán a vivir hasta la edad que se alcanza en la actualidad.
Aumento de consumos
Jean Claude Moubarac, investigador en salud pública y nutrición de la Universidad de Montreal (Canadá) realizó un estudio en el que se pudo observar un aumento del 27 por ciento en las ventas de productos ultraprocesados y de bebidas gaseosas en todos los países de América Latina desde el año 2000 al 2003.
En Bolivia, Uruguay y Perú el crecimiento superó el 100 por ciento y en Colombia fue del 25 por ciento.
En el estudio se analizó el mercado de productos como paqueticos de pasa bocas, gaseosas, helados, cereales para desayuno, salsas, comida instantánea, pero no comidas rápidas. Ahí se supo que se consumen 90 kilos per cápita al año de esos productos.
La gente cocina cada vez menos y consume más esos alimentos que son llenos de azúcar o sal y grasa. Esto obedece a que son más duraderos, ya preparados o fáciles de cocinar, tienen colores llamativos y sabores irresistibles. “Pero también porque la gente piensa que son productos saludables”, apuntó el investigador.
En consecuencia, es importante que a gente lea los ingredientes en los paquetes y así determinará si comprarlos o no.
En cuanto a bebidas, dijo que la única saludable es el agua y en segundo lugar el jugo natural de frutas hecho en casa o en un restaurante.
Aclaró que el producto denominado ‘light’ tiene menos azúcar que el normal, peor aún tiene azúcar.
Jean Claude indicó además, que en Colombia se están terminando dos estudios sobre compra y consumo de este tipo de productos. Hasta ahora se ha visto ahí que las gaseosas y las galletas son los preferidos.
En los países donde menos se consumen ultraprocesados la tasa de obesidad en inferior frente a aquellos donde se comen más como México, Canadá, Estados Unidos.
En Colombia se compran menos que en la media, por lo cual aquí todavía se pueden recuperar las tradiciones culinarias.
El estudio se hizo en 13 países de América Latina para analizar la venta de esos productos per cápita.
Al ver los resultados del estudio se evidenció la necesidad de crear políticas públicas para regular el mercado de ultraprocesados, con el fin de disminuir el consumo y políticas públicas para proteger la alimentación saludable y la cultura alimentaria.
Hay medidas que pueden ayudar a disminuir las cifras negativas como el impuesto a las bebidas azucaradas, promover la alimentación saludable en escuelas y colegios, “hacer una conexión entre los productores locales y los cocineros en los restaurantes, tener un guía alimentario a nivel nacional que hable del procesamiento de los alimentos, de la diferencia de los alimentos y los productos ultraprocesados”, puntualizó el investigador.