Como si fuera poco, el retraso que ha tenido el proceso de vacunación en toda Latinoamérica, con excepciones como Chile y Argentina, ahora la corrupción toca la puerta de la distribución de los biológicos, que deberían beneficiar a toda la población.
El hecho obedece a que la semana pasada estallaron tres escándalos, casi de manera simultánea sobre el abuso de poder que ha rodeado la vacunación en Perú, Argentina y Chile.
América Latina, una de las regiones con mayores desigualdades sociales en el mundo, está hoy en el ojo del huracán por cuenta de los escándalos en los procesos de vacunación que atañen tanto a políticos como a personalidades públicas.
Perú
Perú ha sido uno de los países latinoamericanos más afectados por el Covid-19, con más de 40.000 fallecidos y pese a eso, comenzó a vacunar al personal de salud de primera línea el pasado 8 de febrero.
Con todo y eso, se se descubrió que al menos 467 personas accedieron a la vacuna china de Sinopharm cuando esta permanecía en ensayos clínicos.
Las irregularidades fueron de tal magnitud que fue llamado como ‘Vacunagate’ y salpicó a una multitud de políticos y funcionarios tanto del Ejecutivo anterior como del actual Gobierno de transición.
Uno de esos políticos fue el expresidente Martín Vizcarra, quien en un primer momento sostuvo que fue “voluntario” durante los ensayos, al igual que su familia, pero también accedieron al biológico las exministras de Salud, Pilar Mazzetti, y de Exteriores, Elizabeth Astete.
Hasta ahora se advierte que las irregularidades se produjeron con un lote exclusivo del suero del laboratorio chino Sinopharm, que estaba dedicado a la inoculación del personal encargado del ensayo clínico de esta vacuna. El laboratorio envió la cantidad extra de 3.200 dosis “para ser administradas voluntariamente al equipo de investigación y personal relacionado al estudio”.
Ese cupo fue dividido: 1.200 quedaron supuestamente en manos de la Embajada de China en el país y 2.000 en manejo del equipo encargado, que las facilitó a petición de las autoridades peruanas y sus contactos cercanos. Todo ello bajo el auspicio del Ministerio de Salud y del Gobierno.
Por cuenta del escándalo ya han salido del Gobierno 16 funcionarios, todos ellos vacunados, que pertenecían a los actuales Ministerios de Salud y Relaciones Exteriores.
El 19 de febrero el presidente interino, Franciso Sagasti, juramentó al nuevo ministro de Salud, Allan Wagner, siendo el sexto ministro de Salud que tiene Perú en el último año, en medio de la crisis sanitaria por la pandemia.
Tanto el Gobierno, como el Congreso y la Fiscalía están llevando a cabo investigaciones para determinar lo ocurrido y determinar si hay más implicados en el escándalo.
Las vacunación ‘VIP’ de Argentina
Mientras tanto en Argentina, el presidente Alberto Fernández, pidió la renuncia del ministro de Salud, Ginés González García, después de que se conociera que parte de la vacunación se habría llevado a cabo en la sede del Ministerio de Salud, donde se privilegió a “amigos y buenos contactos” de los funcionarios.
Incluso, el conocido periodista argentino, Horacio Verbitsky, quien develó el escándalo de lo que ha sido llamado ‘vacunación VIP, relató que él mismo había sido llamado por González García para recibir la dosis de la vacuna.
La denuncia señala que también están implicados otros miembros de la cartera de Salud, entre los que estaría la nueva ministra y ex secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti.
“Es inaudito que haya alguien, en este caso la cúpula del Ministerio de Salud, que dictamine quién debe morir y quién debe vivir. Con 50.000 muertos que llevamos en el país, este es un caso de corrupción clara”, dijo el titular de la Fundación por la Paz y el Cambio Climático en Argentina, Fernando Miguez, que ha presentado una denuncia penal para que se investigue el caso.
Además que se rumora que alcaldes, militantes políticos y otros funcionarios de provincias habían sido inoculados pese a no estar dentro de los grupos prioritarios que marca su plan nacional de vacunación.
En Chile
Por último en Chile, las quejas están relacionadas con que fueron inoculadas unas 37 mil personas, que no debían estar priorizadas en el proceso. Chile ha sido uno de los ejemplos en la masificación de vacunación.
La noticia sobre esta irregularidad la dio a conocer el propio Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS), que indica que según las cifras, 9.023 personas vacunadas tienen entre 18 y 39 años; 9.071 entre 40 y 49 años y 17.365 entre 50 y 59 años, y que entre ellas estarían personalidades famosas y funcionarios públicos.
Así las cosas, pareciera que en Latinoamérica, además de la vacuna contra el Covid-19, hará falta buscar una pero contra la corrupción.