Cúcuta.- El impacto del control vectorial, la gestión para la articulación entre gobiernos departamental y municipales, el seguimiento serológico adelantado, la vigilancia epidemiológica, entomológica, el control químico y la atención integral que a prestado a pacientes con chagas, serán los puntos que analizará la Comisión Internacional de Verificación de condiciones para interrupción de esta enfermedad en tres municipios de Norte de Santander.
Los expertos designados por la Organización Panamericana de la Salud y el Ministerio de Salud y Protección Social, visitarán El Zulia, San Cayetano y Santiago, como municipios priorizados por el Instituto Departamental de Salud (IDS), para el Plan de certificación revisando en terreno la aplicación de insecticidas, uso de toldillos, mejoramiento de vivienda, educación en salud, tamizajes para detección oportuna de casos en niños y gestantes, detección y atención de casos y vigilancia en salud pública.
Se realizarán entrevistas con comunidades, autoridades locales y actores del Sistema General de Seguridad Social en Salud SGSSS, y se revisarán las acciones de información en salud, educación sanitaria y participación social enfocadas a la promoción y prevención de esta enfermedad.
El análisis permitirá establecer si se redujo el riesgo frene a la enfermedad, y emitir, si se cumplen las condiciones, una Certificación Internacional de Control de la transmisión vectorial, lo cual se considera un gran logro puesto que Norte de Santander es una de las zonas del país con ocurrencia de casos.
Además porque la ola migratoria desde Venezuela provocó la presencia de chagas importado.
Las cifras en Colombia
Colombia es un país endémico para chagas debido a las elevadas condiciones de pobreza de las regiones rurales y dispersas.
Así lo confirman las cifras de la Organización Panamericana de la Salud que reportó para el 2015, 4.8 millones de personas en riesgo en el país de las cuales 116 mil corresponden a mujeres en edad fértil infectadadas, 131 mil personas con cardiopatías asociadas y una mortalidad de 12.5% en 2008.
La región del Catatumbo es zona endémica por las condiciones de vivienda con techos de palma o paja, paredes de bahareque o adobe y pisos de tierra. La enfermedad se transmite principalmente por la picadura del pito (Rhodnius prolixus) y el consumo de carne o sangre sin cocción, de animales silvestres infectados como zarigüeyas y arrmadillos o contaminados por sus heces. Durante el último año no se han registrado casos de chagas agudo en Norte de Santander.