El proyecto Globocan de la Organización Mundial de la Salud, que proporciona estimaciones contemporáneas de la incidencia de los diferentes tipos de cáncer, ha anunciado que para el año 2015 en Colombia este malvado cangrejo afectaría a cerca de 80.000 nuevas personas en el país y estaría generando la muerte de otras 42.500 personas.
Según la Liga Colombiana Contra el Cáncer, el mayor riesgo para los hombres en este país es padecer cáncer de próstata, de estómago o colorectal, mientras que los tipos de cáncer que más vidas cobran entre las mujeres son el de seno, el de cuello uterino y el cáncer gástrico.
Para la Defensoría Nacional del Pueblo, el panorama para los enfermos de cáncer en el país es dramático, pues a pesar de todas las políticas públicas anunciadas por el ejecutivo para contrarrestar esta enfermedad, según el monitoreo que adelanta dicha entidad, en Colombia los pacientes aún enfrentan barreras de acceso a los servicios, tienen dificultad para conseguir medicamentos y sufren las consecuencias de la demora para acceder al tratamiento oportuno de la enfermedad.
La Defensoría ha constatado que inclusive en este 2015, habiéndose sancionado en febrero la Ley Estatutaria de Salud o Ley 1751 de 2015 que definió el ámbito del derecho fundamental de la salud en Colombia y estableció mecanismos para regular y proteger ese derecho, para la gran mayoría de las personas que padecen la enfermedad, la tutela pareciese ser la única vía de acceso al tratamiento oportuno, porque a la prevención y a la detección temprana, desafortunadamente ya no tienen oportunidad de recibirlas a tiempo.
El Observatorio Interinstitucional de Cáncer de Adultos también ha sostenido en días pasados que la Ley Estatutaria de Salud ha servido para muy poco porque siguen la demora en la entrega de medicamentos, la interrupción de tratamientos, las trabas administrativas, la tardanza en las cirugías, y otras serie de dificultades que a diario deben enfrentar los pacientes con cáncer en Colombia.
Mientras que esa cruda realidad es la que viven los colombianos que padecen la acción perversa del cangrejo asesino del cáncer, se anunció en un sitio poco relacionable con el sector salud, como lo fue la 50.ª Convención Bancaria celebrada la semana anterior en Cartagena, la construcción en Bogotá de un nuevo hospital y centro de investigación especializado en cáncer que contará con cerca de 300 camas, unidades especializadas en tratamientos de quimioterapia y radioterapia, múltiples quirófanos, centro de imágenes diagnósticas, laboratorios especializados y de investigación y consultorios médicos. Sin lugar a dudas, la noticia suministrada por el banquero Luis Carlos Sarmiento Angulo, es una muy buena noticia académica y podría significar una opción muy importante en el manejo de estos pacientes en nuestro país, e inclusive ser beneficio para pacientes procedentes de los países vecinos del Grupo Andino.
El propósito de esta nueva IPS de incentivar la investigación contra el cáncer en esta entidad, según Sarmiento Angulo es respaldar el liderazgo del hospital y así mejorar la calidad de vida de los pacientes con cáncer y reducir de la tasa de mortalidad, funcionando además como entidad sin ánimo de lucro, de tal modo que las organizaciones involucradas no tendrán ningún retorno económico y los excedentes operacionales se destinarán a la adquisición de nuevos equipos y al aumento del presupuesto para la investigación sobre esta enfermedad.
Si bien en sí misma esta noticia es una muy buena nueva para el país, debe reflexionarse respecto a una grave falencia que hoy se evidencia y que está coadyuvando al avance del cangrejo asesino en Colombia y que si no se aborda esta problemática cuanto antes, no habrán IPS suficientes para atender todos los casos nuevos y los pacientes que ya padecen cáncer en sus diferentes formas: la falta de una adecuada prevención de esta enfermedad, así como de la detección oportuna.
Es muy difícil evitar que el cangrejo siga su camino cargado de enfermedad y muerte en los hogares de los colombianos, si no se realiza una adecuada prevención de la enfermedad. Es innegable que los malos hábitos de vida, entre ellos el consumo de cigarrillo y alcohol tienen que ver con la preocupante estadística que se menciona en el primer párrafo de este escrito. De acuerdo con Carlos Castro, Director Científico de la Liga Colombiana Contra el Cáncer, el cáncer de pulmón gana terreno entre los colombianos y la explicación está en que a pesar de las medidas del Gobierno en la regulación de la venta y publicidad del consumo, pueden más la moda y los malos hábitos que llevan a las personas a fumar.
Si bien políticas como la ruta de atención en cáncer infantil, la regulación de la atención de la enfermedad y los controles a precios de medicamentos son reconocidas como un avance en la lucha contra la enfermedad por parte del Gobierno, la clave para que más colombianos no sigan aumentando la lista de fallecidos por mortalidad evitable, esto es, muertes que pudieron evitarse dado el conocimiento científico y la tecnología médica existentes en Colombia, es que las autoridades de salud tomen medidas urgentes para optimizar e intensificar campañas de prevención contra la enfermedad y mejorar la oferta de servicios para los pacientes, así como un mejor control a las aseguradoras del contributivo y del subsidiado para que cumplan con su obligación de garantizar la atención de sus afiliados, incluyendo de manera especial la oportunidad en la prevención, el tratamiento, la rehabilitación y los cuidados paliativos de los pacientes con cáncer.
Indiscutiblemente hay que derribar muchas barreras de acceso a los servicios, así podremos prevenir que siga actuando el malvado cangrejo en Colombia para evitar más enfermos y muertes por cáncer.