Frases como “si se muere, mi mujer pare otro”, “si te quieres llevar al niño hospitalizado, dame un millón de pesos” o “el niño se muere y te lo cobro” son escuchadas a diario por el médico pediatra Abdul Dusaki Dusaki, en el Hospital de Riohacha y en las comunidades indígenas que se encuentran dispersas en todo el departamento de La Guajira.
Estas expresiones obedecen a la “lucha” que ha denominado Dusaki con los padres de familia de los niños indígenas wayuú, tal como se evidencia en el video que se ha vuelto viral en las redes sociales, publicado por él mismo.
Claramente en la pieza audiovisual se puede ver la fuerte discusión entre el médico pediatra y un padre indígena, que pretende sacar a un menor de meses de edad del hospital donde se encuentra internado a causa de una desnutrición aguda y una neumonía.
“Mi equipo de trabajo grabó la situación y yo monté el video porque ya estoy cansado y hastiado del mismo tema de siempre. Hoy estoy que montó dos videos más en los que se ve a dos madres más, queriéndose llevar a sus niños del hospital”.
Dusaki menciona que en lo que lleva trabajando en el Hospital de Riohacha –alrededor de 4 meses- ha atendido alrededor de 190 niños que han entrado a la sala de urgencia con una base de desnutrición agravada. Esta situación hace parte de la realidad que vive La Guajira y que el mundo entero conoce; sin embargo, este especialista se aventuró a denunciar que el motivo de esta problemática no yace en el abandono estatal, sino en la mentalidad de los habitantes de la zona.
“Ese es el motivo más grande por el cual mueren los niños por desnutrición en La Guajira, más que por abandono del Estado porque plata hay, ayudas les llegan, comida le llega, medicamentos le llegan; lo que pasa es que el tema cultural aquí, es un tema muy bravo”, asegura Dusaki.
Este médico lleva ejerciendo la medicina desde hace 14 años en La Guajira y alrededor de ocho años es pediatra en el Departamento; en diálogo con Opinión y Salud, Dusaki afirmó que en todo este tiempo trabajando en su natal Guajira siempre ha vivido las mismas adversidades.
“Lo que pasa es que el asunto ahora lo han cogido como un show mediático, pero al menos tenemos las redes sociales para denunciar parte de la verdad”, dijo.
El pediatra que sale en el video defendiendo su postura médica, asegura que en su Departamento hay problemas de corrupción –como en casi todo el país-; sin embargo, cada vez más se impresiona por el número de niños desnutridos que hay en La Guajira. “No entiendo porque los padres esperan a que el niño esté muy mal para traerlo al hospital”.
Dusaki cuenta que los niños son llevados a urgencias cuando ya los ven muy mal o cuando el curandero wayuú ya no puede hacer más nada con su medicina tradicional. “Llegan niños en estados muy críticos pero apenas escuchan que deben quedarse varios días recuperándose no lo permiten”.
“Por ejemplo no permiten que a los niños les pongan un catéter, porque según ellos eso los mata. Quieren darle alimentos no adecuados para su nutrición. Los niños entran gordos o hinchados del líquido, con un peso falso, porque aunque no lo crean en las comunidades indígenas wayuú, el hombre come primero y mejor que los niños; esto sin duda es una violación de frente a los derechos de los niños”, manifestó Dusaki.
Las brigadas que se dan
Junto a Dusaki existe un equipo de médicos, enfermeras, nutricionista que viajan a diversas zonas alejadas de La Guajira en busca de casos de desnutrición severa o enfermedades como neumonía, pero el panorama es aún más sombrío.
“Les decimos al padre que el niño está mal, que hay que llevarlo hospitalizado pero no dejan. Nos han sacado machetes incluso, se ponen violentos cuando vamos a ayudarlos. A veces piden comida para dejarnos entrar a las rancherías; sin embargo, ellos ya vienen recibiendo alimentos de diversas entidades”, contó el pediatra.
A pesar de la clara denuncia que realiza Dusaki, el profesional en salud se autodenomina “anti Estado”. “El tema como lo pintan en Bogotá, como lo pintan los medios de comunicación, que dicen que el Estado los tiene muertos de hambre, eso es mentira. Hay personas que están desviando el tema real. Ya el Icbf despertó y se está dando cuenta de cómo son las cosas en La Guajira, porque hay algo cierto: aquí hay corrupción como en todo el país, pero aquí los niños se van a seguir muriendo –lamentablemente- por el desconocimiento y la falta de educación de los mayores”.
Los padres indígenas aducen que la postura de un catéter puede matar al niño, por ejemplo. Dusaki dijo a que otra de las razones que dan es que “como saben que la hospitalización va de 5 a 10 días entonces no permiten que las mujeres dejen la casa por ese tiempo para cuidar al niño en el hospital, porque entonces no hay quien cocine para los hombres de la casa”.
Otro factor que el médico pediatra señala es que estas comunidades se han acostumbrado a esperar las ayudas del Estado y “no salen a trabajar”. “Se han convertido en unos parásitos de tiempo completo y pasan todo el día en los chinchorros esperando que el Gobierno llegue con los alimentos, alimentos que luego venden”.
Abdul Dusaki relata que “cuando estaba el tema de la sequía en su furor y que en todo el país habían campañas de ‘Guajira S.O.S.’ me encontré con unas señoras wayuú vendiendo unos paquetes de alimentos que entregó el Icbf junto a la Unidad de Gestión de Riesgo. Me acerqué a preguntar cuanto costaban, me los daban en 20 mil pesos. Es una gran mentira todo lo que aducen ellos en contra del Gobierno”.
La problemática seguirá sino hay educación
El médico pediatra graduado de la Universidad Central de Venezuela argumenta que la opinión pública cree que en La Guajira falta comida pero en realidad la carencia yace en otro tema. “Aquí no falta nada eso, aquí lo que falta es educación y más inversión en el tema cultural porque la brecha de toda esta problemática se genera ahí precisamente. Lamentablemente si no hay un cambio en el pensamiento, estos niños se van a seguir muriendo”.
Actualmente, los niños desnutridos o con otras enfermedades derivadas de la desnutrición son tratados con una terapia medicinal que ha proporcionado Unicef, la cual brinda los nutrientes necesarios para que un niño con muy bajo peso se empiece a recuperar en tan solo una semana. No obstante, Dusaki aseguró que si no se siguen unos buenos parámetros de nutrición de nada valdrá todo el esfuerzo médico, ni siquiera las denuncias para mostrar esta aberrante realidad.