Abogando para que en el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2022 sea incluida una política pública farmacéutica que promueva la autonomía sanitaria, el acceso de los colombianos a medicamentos de calidad y la innovación, el senador del partido Cambio Radical, Richard Aguilar, dio clausura a la audiencia pública “Por la adopción de una política industrial farmacéutica en Colombia”.
Al cierre del evento que contó con una nutrida participación y representantes de los más representativos organismos del sector farmacéutico, médico y científico del país, Aguilar insistió en que se necesitan políticas nacionales encaminadas a recuperar terreno en competitividad mundial farmacéutica.
“No tenemos una industria que produzca medicamentos económicos y en Colombia el precio de un medicamento genérico es la quinta parte del medicamento pionero o de marca. A nivel global, un genérico es la tercera parte del medicamento pionero o de marca. Debemos mejorar en este sentido, para lo cual debemos facilitar ingreso de biosimilares a través de la industria local, trabajar con instituciones como el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) y facilitar producción de biosimilares dando incentivos de ciencia y tecnología para laboratorios y universidades”, sostuvo el congresista.
Para Andrea Reyes, subdirectora de la ONG Misión Salud Colombia, los desafíos actuales en la generación de competencias radican en la fabricación de medicamentos genéricos, tratamientos y vacunas y que no sean vistas como negocio, así como la transparencia.
Y contrario a la posición de la Asociación de Laboratorios Farmacéuticos de Investigación y Desarrollo (Afidro) que aconseja seguir el ejemplo de México, consideró que “no es conveniente promover exigencias de biodisponibilidad y bioequivalencia como estándar de calidad, lo que se nececita es una regulación esencial que no imponga más barreras a los medicamentos biosimilares”.
Por su parte el delgado de Asisfarma, José Méndez planteó la idea de empezar a reemplazar las importaciones de medicamentos y tecnologías por productos propios y empezar a exportar.
Claudia Vaca, profesora de la Universidad Nacional y directora del Centro de Pensamiento Medicamentos, Información y Poder, dijo que el objetivo de implementar una política industrial farmacéutica debe ser la reducción de precios de medicamentos para los colombianos y el sistema de salud y debe estar enfocado a la salud pública.
Al estimar que la transparencia en los procesos en fundamental propuso como actor importante en este aspecto a la UAEM (Universidades Aliadas por los Medicamentos Esenciales), que es una organización estudiantil que busca mejorar el acceso a medicamentos en los países en vías de desarrollo y aumentar la investigación y desarrollo de medicamentos para las enfermedades tropicales olvidadas.
También esa política farmacéutica debe abordar el tema de propiedad intelectual y control del desprestigio de los genéricos.
Para Julio César Aldana, director del Invima no debe existir ninguna diferencia entre un medicamento genérico fabricado por una empresa nacional y una internacional. La calidad, uso racional y acceso a todos los medicamentos, es a lo que se debe apuntar.
Agrega que “La vigilancia de medicamentos se hace basada en el riesgo y no distingue entre medicamentos producidos por multinacionales o laboratorios nacionales”. Y que en todo caso la política farmacéutica debe tener tres pilares fundamentales: calidad, uso racional y acceso.
Luz Marina Zapata, de Asocapitales consideró que “La política farmacéutica nacional requiere implementación de metodologías para el control de precios y el fomento de negociaciones centralizadas de medicamentos que permitan detectar distorsiones que se presentan en el mercado farmacéutico.
El delegado del Ministerio de Salud, Aurelio Mejía señaló que “una política industrial farmacéutica no se puede ver de forma aislada sino que debe estar acompañada de una política de innovación que promueva el desarrollo científico, acceso y sostenibilidad a medicamentos seguros y de calidad”.
Y por lo tanto, para reducir precios se debe facilitar ingreso de biosimilares a través de la industria local con instituciones como el Invima, así como dando incentivos de ciencia y tecnología para laboratorios y universidades.
Francisco Ramírez, director técnico de la Unión Temporal Colombiana de Medicamentos, enfatizó en que tanto genéricos como medicamentos de marca mantienen los mismos estándares de calidad, pero el juicio de valor se distorsiona a partir de la prescripción.
A su turno el doctor Sergio Isaza presidente de la Federación Médica Colombia insistió en que cualquier política pública farmacéutica que se adopte en el país debe ir dirigida a garantizar el goce del derecho a la salud de los colombianos que vivan en el territorio nacional y por lo tanto debe tener un enfoque social.
Oscar Andia, director del Observatorio del Medicamento (Observamed), afirmó que “Las marcas pioneras venden menor cantidad de unidades de medicamentos, pero se llevan la mayor parte de recursos. Algunas marcas competidoras y genéricos genuinos venden la mayor cantidad de unidades y se llevan la menor parte de recursos, por el precio. Esto debe cambiar”.
Y finalmente Andrés Zuluaga del departamento de farmocología de la Universidad de Antioquia hizo un llamado para que la no solo se de en el sector farmacéutico sino en todo tipo de tecnologías que tengan aplicación médica, siguiendo estándares internacionales para acceder a otros mercados.