El superintendente nacional de Salud, Fabio Aristizábal, se declaró abierto defensor de la red pública de hospitales de pías y en este contexto respalda las acciones dirigidas a salvar al hospital universitario ESE Cari de Barranquilla, precisando que si el hospital no puede competir en el mercado, puede apoyarse en la gestión de particulares para mejorar la capacidad resolutiva.
La posición del Supersalud coincide con lo expuesto por el gobernador del Atlántico, Eduardo Verano de la Rosa, quien tras convocar una reunión este miércoles para discutir el tema, decidió avanzar con el proceso de búsqueda del operador.
Cabe resaltar que el Gobierno nacional ha establecido un marco jurídico, sin precedentes para apoyar a los hospitales públicos; primero con la expedición de la Ley 1966 de 2019 que evita que los hospitales públicos calificados con riesgo financiero alto y medio, puedan ser objeto de embargos judiciales, por otro lado con la Ley del Plan de Desarrollo la Administradora de los Recursos del Sistema de Salud (Adres) asume el pago de los servicios no contenidos en el Plan de Beneficios en Salud (PBS), lo que es de gran ayuda para los prestadores públicos, que venían arrastrando una alta cartera por dichas prestaciones.
El supersalud Fabio Aristizábal instó al Cari a presentar un plan de saneamiento fiscal y financiero, el cual se sustenta en la estrategia para incrementar la prestación, explotando la máxima capacidad de la Infraestructura para generar la facturación suficiente, que arroje los dineros para el saneamiento de los pasivos.
En cuanto a los detractores del proceso de contratación de un gestor sanitario, cabe recordar que son los mismos que se beneficiarían con el cierre de los servicios del hospital, puesto que en sus clínicas atienden a los pacientes que deberían estar siendo atendidos en el Cari y que saben que una vez abra las puertas el hospital con todo los servicios habilitados, verán mermados los ingresos de sus clínicas.
Y vale entonces mencionar que desde noviembre de 2018 la junta directiva del hospital Cari habían autorizado a la entonces gerente Rocío Gamarra a contratar los servicios de un gestor u operador.
En esa ocasión, la Clínica Campbell (cuyo gerente propietario es el médico Iván Reátiga, uno de los que ha salido en medios de comunicación a criticar la convocatoria para el operador y que además fue uno de los que perdió la demanda contra la Superintendencia de Salud por el cobro de unos recursos que quedaron pendientes de EPS liquidadas), y otros prestadores asentados en Barranquilla, curiosamente habían presentado una propuesta que contemplaba una facturación mensual por venta de servicios por el orden de los 3.500 millones de pesos, que está muy por debajo de los 15 mil millones de pesos que cuatro años antes llegó a facturar el Cari.
En este nuevo proceso lo que se propone según el pliego de condiciones es que si bien el nuevo gestor no asume los pasivos, el hospital los podrá sanear con los recursos provenientes de la facturación de servicios de dicho operador y el remanente de los recursos de estampillas al momento de la firma del contrato de operación, y se tiene previsto un plazo de cinco años, para que esto se logre.