Conocido el texto del proyecto de Reforma a la Salud, distintos actores gremiales, empresariales, sociales y políticos, han expresado acuerdo y desacuerdo con el articulado propuesto por la cartera de salud.
Lo cierto es que, para concertar tantos intereses encontrados, se requiere poner en acción una sola palabra, “Gobernanza” entendida como las interacciones del Gobierno con los agentes de la sociedad civil, para formar políticas públicas.
La aplicación del concepto de gobernanza a los sistemas de salud tiene ya más de una década. En 1998, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la definió como “La participación de actores a los cuales les concierne la definición e implementación de políticas, programas y prácticas que promueven sistemas de salud equitativos y sostenibles”.
Posteriormente a través del desarrollo conceptual de gobernanza en la ciencia política y en el desarrollo económico-social, se sabe que aun cuando los actores son parte de los procesos de gobernanza, las reglas del juego -formales y no formales- y las organizaciones son también elementos esenciales del proceso (Prats, 2001).
Dicho esto, valga decir que dentro del sistema de salud colombiano existen varios actores que en él participan y que intentan cada uno inclinar la balanza a su favor frente a la reforma.
Los actores
Distintos argumentos se han mostrado, pero ninguno ha generado más controversia que el anuncio de eliminar las EPS, tildadas por los voceros del Gobierno, de simples intermediarias financieras; a lo cual los representantes de los gremios de las EPS responden exhibiendo las cifras que dan cuenta de la gestión del riesgo salud.
A decir verdad, a las EPS se les abona la organización de la red prestadora de servicios, las actividades de auditoría en la prestación y la compra de servicios con economía de escala.
Pero, también es cierto que no es que las EPS puedan demostrar con mucho rigor la gestión de riesgo en salud; nada más recordar la Pandemia del Covid-19, cuando los expertos enunciaban los grupos con mayor riesgo de morbo-mortalidad por el virus, la mayoría de las EPS desnudaron los sub registros en la caracterización de los afiliados hipertensos y diabéticos, menos aun cuando se les pregunta por los datos de contacto de los afiliados.
En la gestión del riesgo en salud las EPS tienen una deuda con los colombianos.
Otro de los temas controversiales en el sector es la petición de desmontar la red de servicios de salud que cada EPS ha organizado, y que terminaron siendo competencia a los hospitales públicos.
En este punto se les requiere que las EPS se dediquen a gestionar los riesgos en salud de los colombianos y dejen de mezclar el aseguramiento con los negocios de IPS; este es uno de los puntos que más defienden los grupos que controlan las EPS.
En algunos aspectos de los proyectos de reforma conocidos hasta ahora, parece haber consenso, uno de ellos es en la necesidad de fortalecer la red pública de hospitales; los recursos para ese fin deben salir de las fuentes que financian la unidad de pago por capitación, lo más razonable es que se recorten los dineros a las EPS y le sean entregados a los hospitales de baja complejidad, sobre todo, los ubicados en áreas rurales y dispersas.
Hay que reconocer que el verdadero impacto de los seguros de salud se ve en los servicios de mediana y alta complejidad; es una realidad manifiesta, de que las hoy llamadas Empresas Sociales del Estado (hospitales) de municipios con población menor a 30 mil habitantes, no generan los recursos suficientes para autosostenerse.
También las universidades y las sociedades científicas, otros de los actores del sistema, deben poner su cuota de sacrificio para sacar la reforma que requiere el país; la asignación de plazas para médicos residentes, deben corresponder a las necesidades de los hospitales y clínicas, y no al querer de las facultades de medicina.
Si nos remitimos a que la gobernanza en los sistemas de salud, se refiere a los procesos para la toma de decisiones que afectan de forma directa o indirecta al sistema de salud, y que en estos procesos interactúan actores estratégicos y organizaciones – los antes mencionados- que aplican las reglas de juego y otros procedimientos formales e informales, el tema de gobernanza puede entonces, llegar a considerarse incluso más relevante que la propia reforma.
No en vano, la ONU reconoció en la falta de gobernanza, la causa para que los países no lograran los Objetivos del Milenio.