En el marco de la Semana Internacional de la Salud Masculina que se cumplió del 12 al 18 de junio, se habló de las enfermedades que más afectan a los hombres asociadas unas a patologías de alta mortalidad como las isquémicas del corazón, cerebrovasculares, la diabetes, enfermedades renales y crónicas del sistema respiratorio. De igual modo, también tienen alta prevalencia el cáncer de próstata y la incontinencia.
No obstante, y según lo revelan estudios, las enfermedades relacionadas con el aparato reproductivo masculino son menos discutidas y consultadas con especialistas. Esto se debe en gran medida por el temor de los hombres a verse débiles, a la intervención médica, a creencias sobre la masculinidad y su virilidad, entre otros aspectos, lo cual, se puede traducir en diagnósticos tardíos y estadios avanzados de una patología que podrían requerir de intervenciones médicas complejas como una cirugía.
Hay que tener en cuenta que existe un grupo de enfermedades que afectan el sistema urinario y que presentan una sintomatología similar que nunca debe ser pasada por alto, las cuales pueden ser desde una simple infección, una enfermedad progresiva como la hiperplasia prostática benigna (HPB), hasta una patología compleja como el cáncer de próstata. Por esta razón es importante visitar al médico sin temor.
¿Qué es la hiperplasia prostática benigna (HPB)?
En la medida en que los hombres se vuelven más maduros, su próstata aumenta de tamaño. De hecho, normalmente hasta los 50 crece el doble, y se duplica de nuevo después de los 50 años de edad. La razón de este crecimiento todavía no se entiende completamente, sin embargo, puede deberse a causas hormonales, genéticas, entre otras.
La prevalencia aumenta cuando el hombre está en sus 40 años alcanzando del 40% al 50% de los hombres en sus 50´s. Esta condición de la próstata podría hacer que la uretra se comprima y presione la base de la vejiga, haciendo difícil la micción y bloqueando el flujo de orina de la vejiga, lo cual se manifiesta con los síntomas a continuación.
Si un hombre mayor de 40 años tiene estos síntomas debe prestar mucha atención
- Necesidad de orinar frecuentemente o con urgencia.
- Aumento de la frecuencia de la orina por la noche (nicturia).
- Dificultad para comenzar a orinar.
- Flujo de orina débil o que se detiene y vuelve a comenzar.
- Goteo después de orinar.
- Imposibilidad de vaciar la vejiga por completo.
Es importante que la población masculina tenga en cuenta que de no controlar los síntomas oportunamente, es probable que estos empeoren y conduzcan a un ingreso de urgencias por retención urinaria aguda, desencadenar una cirugía o generar insuficiencia renal.
Por este motivo, el reto está en promover un diagnóstico oportuno a través de la visita al médico y realización de pruebas de tacto rectal y análisis de sangre del antígeno prostático (PSA), que determinen el estado de salud del paciente. Esto permitirá ofrecer alternativas farmacológicas que pueden disminuir la intensidad de los síntomas o el riesgo de progresión de la enfermedad, lo cual se vería reflejado en un menor riesgo de requerir cirugía y en mejorar su calidad de vida.