Carlos Rotondaro, ex presidente del Instituto de los Seguros Sociales de Venezuela fue acusado por el desfalco de al menos 100 millones de dólares, que estaban destinados a la compra de insumos médicos.
El general Carlos Rotondaro, ex presidente del Instituto de los Seguros Sociales fue acusado por la Asamblea Nacional de Venezuela en 2018, tras conocerse un desfalco de al menos 100 millones de dólares, que estaban destinados a la compra de insumos médicos.
El expresidente del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales y exministro del gobierno venezolano, huyó hace dos semanas hacia Colombia, entrando por Riohacha, luego de solicitar refugio político, al ser acusado por un desfalco por US$100 millones, que al parecer estaban destinados a la compra de insumos médicos, adquiridos a través de testaferros, una situación que contribuyó con la actual crisis humanitaria y que ha dejado miles de pacientes fallecidos.
De acuerdo con las investigaciones, testaferros de Rotondaro, a través de la empresa de Continental Medical C.A, habrían construido con el dinero de los venezolanos, una clínica de alta calidad en el centro de Santo Domingo en República Dominicana.
El general, que ahora se encuentra en Bogotá, aseguró que los venezolanos deben exigirle al régimen que garantice los medicamentos que necesitan para tratar sus enfermedades.
El general activo asegura que lo que ha sucedido con el deterioro de la salud en Venezuela es producto de la negligencia y la utilización política de la atención sanitaria, al exigir votos por la entrega de medicamentos donados por organismos de asistencia humanitaria.
Rotondaro asegura que funcionarios del Estado pedían que se almacenaran los fármacos a fin de distribuirlos cuando hubiera elecciones, como ocurrió en el caso de la votación para la asamblea nacional constituyente.
“Fui testigo de que muchas veces decían que no se repartieran los medicamentos, sino que se guardaran para las elecciones. En ese entonces era ministro de Salud Luis López, y lo escuché decir eso”, afirmó.
“Lo que sucedía es que pasaban meses antes de que me aprobaran los puntos de cuenta en los que solicitaba los recursos, porque desde 2013 el instituto no tenía la potestad de pedir directamente divisas para importar”, asegura. Insiste en que tiene los documentos que demuestran sus gestiones. “No era un problema de divisas sino de indolencia”, recalca.