Bucaramanga.- En doce años es difícil precisar cuántas lágrimas han hecho surco en las mejillas viejas de doña María Lastenia Carrillo Pedraza. Más de una década atrás, cuando Gabriel Oswaldo Carvajal Carrillo, su hijo menor iba a cumplir veintiún años, un accidente en una quebrada cercana al sector conocido como “Puente Rojo” en Floridablanca, Santander, lo dejó cuadripléjico por trauma raquimedular. Sólo nueve meses después de la tragedia, María enviudó, a su esposo, como ella misma relata lo atropelló una buseta de servicio público: “Él tenía nueve meses de accidentado cuando la buseta me lo mató. Como dicen que yo no tenía testigos y como la buseta lo recogió y lo mandó pa’ la clínica, hizo recorrido como si no hubiera pasado nada”.
María tiene 72 años, vive de arriendo en una humilde vivienda del barrio Panorama en Floridablanca y desde el 2007 se ha dedicado a cuidar —a fuerza de fatigas, insomnios y necesidades básicas— a Gabriel, quien con los años y por cuenta de la nula movilidad, ha subido de peso y requiere de la fuerza de dos personas para realizarle el baño diario y hacer algunos ejercicios que eviten las escaras o descamación en su espalda.
Gabriel está adscrito al régimen subsidiado, vinculado en nivel 1 del Sisbén con la EPS Medimás, otrora Café Salud, mensualmente un médico domiciliario le visita y evalúa su irreversible condición de salud y entrega las autorizaciones para asistencia médica, insumos necesarios para la sepsis de su cuerpo y limpieza de la cánula de la traqueostomía. Pero a pesar de los trámites complejos que debe realizar María Lastenia; de las idas y vueltas, las filas infinitas, las ventanillas con caras largas que debe soportar… los medicamentos y elementos básicos para el paciente, no llegan.
“Reclamar las órdenes que me dé el médico, de allí llevarlas a Florida. Eso es un proceso. Luego llevarlas a Medimás. Allá las deja uno y a los diez días o quince días tiene que uno regresar a reclamarlas para ir por las cosas que le den”.
Gabriel Oswaldo requiere uso de pañales de forma permanente porque al tener una lesión cervical en las vértebras D3 y D4, su cuerpo no responde a ningún estímulo. Adicionalmente, se necesitan gasas, pañitos húmedos, cánulas, crema para lubricación, entre otros elementos que se consiguen principalmente, gracias a la caridad de vecinos y conocidos.
“Uno solo pa’ pagar arriendo, pa’ pagar servicios, para darle de comer a ese pelado… para ir a hacer las vueltas… no me siento capaz”, dice María Lastenia.
Gabriel requiere también de una enfermera constante que lo ayude, le dé la alimentación correctamente a fin de impedir que se broncoaspire y esté al tanto de cualquier eventualidad que evite que su salud se complejice. Sin embargo, en esta ocasión y regularmente, el servicio no está autorizado y es probable que la decisión de la EPS sea la de no incluir más este tipo de asistencia.
“A veces me mandan enfermera y a veces no. Por ejemplo, ahora ya teníamos como tres meses de estar los dos solos… y ahí seguimos”. El año anterior, en septiembre, la visita de enfermería fue cancelada por Medimás, sólo hasta enero le fue asignada nuevamente, pero desde hace más de cuatro días, a la fecha, el derecho a este servicio le ha sido negado. “Yo me estoy hasta la una de la mañana con él”, relata y las lágrimas anegan sus ojos cansados. “Yo ya me siento enferma, yo ya no me siento capaz de lidiar a mi hijo; él me dice que no llore, que no me desespere, pero yo no me siento capaz”.
Mary Flórez, enfermera del hospital San Juan de Dios de Floridablanca, desde hace más de veinte años, fue quien, junto con otras compañeras, recibió a Oswaldo el día del accidente y desde entonces ha estado pendiente de su caso. Explica que “cada vez que Medimás le retira a él los servicios de enfermería, él termina en Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), porque es un paciente que sólo mueve la cabeza. Entonces requiere cambios de posición cada dos horas, que se le dé la alimentación asistida, que se le lubrique la piel, se le haga terapia respiratoria y física para que él no haga neumonía ( y evitar el tromboembolismo pulmonar) y resulta que cuando se le ha retirado la enfermera, ha terminado en neumonía, ha terminado en UCI y es por eso que él tiene al día de hoy una traqueostomía; por cinco meses casi de estar en la UCI, por puro descuido de Medimás”.
Mary quien se comunicó con la entidad sostiene que hay renuencia de la EPS en enviarle la enfermera “y que le van a enseñar a la mamá a tratar el paciente. Un jefe de Medimás, llamado Fredy Yesid Correa me dijo que ahora hay una ley: que van a empezar a quitarle el servicio de enfermería a la gente. Que tienen que tener cuidador. Yo supuse que el cuidador era alguien que mandaba Medimás, y el cuidador es el familiar”. Explica además que, durante el diálogo sostenido con el representante de la entidad, le instó a que juntos fueran a visitar al paciente y lo ayudara a cambiar. “Es un paciente que, para cambiarle el pañal, bañarlo, hacerle cambio de posición, trasladarlo requiere dos personas ¿y usted dice que no necesita enfermera?”
Cuidador permanente
La normativa de la que habla la enfermera, refiere a la Resolución 5928 de 2016, en la que textualmente se señala que “(…) el servicio de cuidador permanente o principal no es una prestación calificada que atienda directamente al restablecimiento de la salud, motivo por el cual, en principio, no tendría que ser asumida por el sistema de salud, y segundo, en concordancia con lo anterior, dicho servicio responde simplemente al principio de solidaridad que caracteriza al Estado Social de Derecho y que impone al poder público y a los particulares determinados deberes fundamentales con el fin de lograr una armonización de los derechos”.
No obstante, la sentencia también señala de forma expresa lo siguiente: “la Corte ha dicho que en términos generales el cuidado y atención de las personas que no pueden valerse por sí mismas radica en cabeza de los parientes o familiares que viven con ella, en virtud del principio constitucional de solidaridad, que se hace mucho más fuerte tratándose de personas de especial protección y en circunstancias de debilidad. Así, compete en primer lugar a la familia solidarizarse y brindar la atención y cuidado que necesita el pariente en situación de indefensión. En virtud de sus estrechos lazos, la obligación moral descansa en primer lugar en el núcleo familiar, especialmente de los miembros con quien aquél convive. Con todo, si estos no se encuentran tampoco, principalmente, en la capacidad física o económica de garantizar ese soporte, el servicio de cuidador a domicilio, cuya prestación compromete la vida digna de quien lo necesita, debe ser proporcionado por el Estado” (T-096 de 2016).”
María Lastenia, debe cuidar a Gabriel casi que las veinticuatro horas, preparar la comida, asearlo y además hacer las diligencias con la entidad prestadora de salud. En ocasiones, cuenta que ha intentado limpiar la cánula que se encuentra en el cuello de su hijo. “A él hay que aspirarlo porque sino se le llena de flemas, se ahoga. Yo que noches me puse a aspirarlo y me ha tocado estos días para que no se me ahogue porque las flemas se le van amontonando ahí… lo lastimé por allá la garganta”.
Una tutela
Gabriel Oswaldo instauró una acción de tutela en 2014 para solicitar las visitas domiciliarias a Café Salud y aunque esta falló a favor del paciente, dos años atrás cuando entró en operación Medimás se cancelaron los acuerdos y la atención empezó a limitarse.
La discusión va y viene. La EPS se justifica en la ley y Oswaldo junto con María Lastenia, apelan a la misericordia y casi que mendigan por un poco de dignidad y respeto, cuando está claro que se trata de un derecho fundamental contemplado en el artículo 49 de la Constitución Nacional, que reza: “La atención de la salud y el saneamiento ambiental son servicios públicos a cargo del Estado. Se garantiza a todas las personas el acceso a los servicios de promoción, protección y recuperación de la salud. Corresponde al Estado organizar, dirigir y reglamentar la prestación de servicios de salud a los habitantes y de saneamiento ambiental conforme a los principios de eficiencia, universalidad y solidaridad.”